Los fabricantes de coches se enfrentan el próximo mes a una prueba de fuego: la nueva normativa de medición de emisiones contaminantes. Estos nuevos baremos, bajo las siglas de WLTP («Worldwide harmonized Light vehicles Test Procedures»), entrarán en vigor el 1 de septiembre y los vendedores se han puesto manos a la obra ya para acabar con los stocks que tienen en los almacenes y que, una vez que la aplicación de este protocolo sea definitiva, no cumplirán con la nueva normativa.

Estos nuevos baremos son más restrictivos que los actuales que se miden con el sistema NEDC, diseñado en 1980 y que ha sido cuestionado en los últimos tiempos. Ahora, el nuevo sistema tiene como objetivo ser más preciso al calcular el consumo y las emisiones que genera un vehículo en conducción real. Es decir, en la práctica y no en la teoría como se hacía hasta ahora. El WLPT dará más información al comprador sobre el CO2 que emiten los coches, el resto de partículas contaminantes o el consumo más cerca de la realidad.

Así que, ante estas nuevas mediciones, los fabricantes se enfrentan a un parque de vehículos que tienen que salir al mercado antes del 1 de septiembre, cuando entre en vigor esta nueva normativa. ¿Y de qué forma? Pues lanzando ofertas «agresivas» para intentar acabar con el stock acumulado.

De esta manera, en julio y agosto comprar un vehículo nuevo puede resultar miles de euros más baratos. La clave está en la matriculación ya que, ante los nuevos baremos, ésta se tiene que hacer antes del próximo mes. «A partir del 1 de septiembre habrá una serie de coches que no se podrán matricular porque no cumplirán con las nuevas mediciones», explicó a este diario Manuel Torrecillas, gerente de Borja Motor Opel de Alicante.

Sin embargo esos vehículos sí cumplen con el actual sistema, de ahí que se intenten vender antes de la fecha fijada. De hecho, según datos de Faconauto, la entidad que aglutina a los concesionarios, los siete primeros meses del año cierran con un crecimiento en las ventas del 11,4%, hasta las 865.845 unidades respecto el mismo periodo año anterior.

Así, desde la entidad explican que las ventas de coches en julio han sido «positivas» y que se nota más en el ámbito de las empresas por las automatriculaciones que están haciendo los concesionarios para hacer frente a la entrada en vigor del nuevo protocolo de homologación de emisiones.

Ese es precisamente el as en la manga que se guardan los concesionarios por si no llegan a tiempo con las ventas: las «matriculaciones tácticas» como ellos las denominan. Es decir, lo que los usuarios conocen como vehículos de «kilómetro cero» o automatriculados.

Los concesionarios se preparan para, cuando se acerque la fecha, realizarlas, algo que también acabará beneficiando a los compradores porque «supone un ahorro importante» adquirir un «kilómetro cero». «En verano se ha notado un aumento de las ofertas y en julio y agosto se han acelerado las ventas», indicó Torrecillas. Así que, como asegura el gerente, es «una buena época para comprar un coche».

Con todo indicó que, para adaptarse a la nueva normativa, el cambio en los vehículos «es tan sencillo como incorporar un filtro o alguna modificación mínima» para cumplir con los nuevos estándares de medición de contaminantes.

Bajan los diésel

Aunque las cifras de venta son positivas este verano, lo cierto es que los anuncios hechos sobre los coches diésel, como la nuevas pruebas en la Inspección Técnica de Vehículos (ITV) para detectar los contaminantes, han provocado que la venta de este tipo de vehículo caiga en los primeros siete meses del año, como así reflejan las cifras de matriculaciones recogidas por la Dirección General de Tráfico (DGT).

En la provincia de Alicante, se matricularon hasta julio de este año 23.452 coches diesel mientras que hasta el mismo mes del pasado año la cifra era de 28.183 vehículos, lo que supone un descenso del 17% en este tipo de carburante. Al contrario, los vehículos de gasolina suben en el mismo periodo más de un 27% pasando de 39.408 matriculaciones en los primeros siete meses de 2017 a 50.262 en los de 2018.

Sin embargo, el sector rechaza que los diésel contaminen más que los gasolina y tacha de «alarma» lo que está ocurriendo con los primeros. «Los que se fabrican ahora tienen niveles de contaminación muy por debajo que los que se hacían hace años», explica Torrecillas, quien indicó que el problema está en aquellos vehículos que superan la década.

Y ahí es donde está la clave, según los fabricantes: en no demonizar a los diésel nuevos sino en promover ayudas importantes para que se vaya renovando el parque de vehículos actual. En la provincia de Alicante, 72.000 turismos diésel cuentan con más de 20 años sobre sus espaldas.