El Servicio de Emergencias Sanitarias (SES), responsable de organizar las ambulancias a través de los centros de coordinación (CICU), se ha quejado oficialmente a todas las direcciones de Atención Primaria por los «problemas» que los médicos de los centros de salud y consultorios les están «trasladando» desde que se les retiró el uso de ambulancias para desplazarse a los avisos domiciliarios.

Así lo especifica el subdirector del SES, Antonio Cubillos, en una misiva que se ha remitido a todos los departamentos de salud y en la que se abronca a los profesionales de estos centros de salud por requerir ambulancias de urgencias SAMU y de Soporte Vital Básico (SVB) para casos que, según el SES no son prioritarios y que, por tanto se deberían resolver en los departamentos sin el concurso del CICU.

De hecho, se les advierte de que los problemas que ellos puedan tener desde el pasado 1 de agosto para atender las llamadas en domicilios no pueden «trasladarse al CICU» ya que su misión es ocuparse de las urgencias y que este tipo de ambulancias solo puede solicitarse para casos de baja prioridad -para los que, en principio, ya se había desestimado mandar un recurso medicalizado- solo tras una valoración «in situ» del paciente.

Avisos que sí son urgencias

La carta, que incluye un recordatorio de que los profesionales de los centros de salud deben de acudir a los avisos domiciliarios «con los medios que se le faciliten desde su departamento», no ha caído nada bien entre el colectivo de médicos y enfermeros de los puntos de atención continuada que llevan 17 días lidiando con los avisos domiciliarios sin poder recurrir a las ambulancias.

Los profesionales rechazan de plano la carta enviada por Cubillos porque en ella se les acusa de requerir recursos de urgencias cuando no son necesarios «y parece que solo queramos llegar cómodos a las casas», critican profesionales afectados, cuando, según justifican, las ocasiones en que se han pedido ambulancias medicalizadas se ha hecho «porque hemos valorado que el aviso de baja prioridad que nos había llegado no era tal y es una forma de que la ambulancia esté ya en el domicilio cuando lleguemos».

Para ellos, esta carta de queja del SES es una forma de poner en cuestión «nuestra profesionalidad, porque se pone en cuestión la valoración que hacemos y el que pidamos una ambulancia cuanto antes, porque sabemos que nosotros puede que tardemos en llegar pero nos parece que sí hay una urgencia».

Y es que, según denuncian, no todo es «blanco o negro» cuando reciben un aviso para ir a atender un paciente a un domicilio. Muchas veces son los afectados los que llaman directamente y ellos deben valorar la urgencia pero, en otras ocasiones, los avisos les llegan remitidos desde el CICU porque alguien ha llamado al 112.

En principio son los casos en que este centro de coordinación no ha considerado que son «una urgencia» y los deriva a los centros de salud. «Ahí nosotros tenemos que volver a valorar y muchas veces estamos llamando para que vayan directamente porque consideramos que sí hay gravedad», explican.

Perdidos buscando la dirección

Esta forma de actuar y por la que ahora les ha reprendido el Servicio de Emergencias se ha impuesto para muchos profesionales desde que el pasado 1 de agosto se les retirara la prerrogativa de usar ambulancias no asistidas para ir a los avisos domiciliarios al no tratarse, en puridad, de transporte sanitario. El problema con el que se han encontrado los profesionales es la débil respuesta de la Conselleria de Sanidad en cuanto a soluciones de movilidad adecuadas para llegar en tiempo y forma a las casas ya que o tienen que recurrir a vehículos sin conductor, a taxis o a sus propios coches.

Según aseguran, estas soluciones parciales están derivando en problemas (taxis que no llegan, médicos que se pierden buscando el destino...) lo que repercute negativamente en los tiempos de respuesta y atención al paciente de ahí que, ante la sospecha de una urgencia, pidan directamente una ambulancia medicalizada incluso antes de llegar.