«A ver si es verdad y de una vez arregláis y limpiáis el Pla, que da pena ver lo sucio que está por todas partes»; «Llevamos semanas y semanas pidiendo que se vacíen las papeleras de las rutas que suben al Castillo desde Virgen del Socorro, que están llenas de heces de perros y moscas», «Que pasen por Lo Morant, que no puedo salir a la calle sin que mi perra se suba en las patas tres kilos de pino seco»; «Que se pasen por plaza del Mediterráneo, verás los excrementos caninos que hay en el césped», «A menudo se hace insoportable respirar en algunos tramos de Conde de Vallellano por el olor a desagüe»... Estos son solo algunas de las reacciones a la campaña «Alicante limpia en verano» que el grupo de gobierno del PP en el Ayuntamiento realiza en redes sociales.

El vídeo ha provocado un aluvión de comentarios, más de un centenar, que responden a las imágenes de trabajadores barriendo, limpiando y baldeando en contraste con otras de gran suciedad. «Un operativo especial vela por el buen estado de las calles», es uno de los mensajes, que se complementa con el objetivo de la campaña, combatir la suciedad en los barrios y en la zona centro. Para ello, señalan, «se ha ampliado el turno de recogida de basuras y se han destinado más medios técnicos y humanos. El resultado: Alicante más limpia para ciudadanos y turistas».

Las respuestas a los populares presumiendo de limpieza no tienen desperdicio. Numerosos ciudadanos explican con todo lujo de detalles dónde hay suciedad y muchos se quejan del déficit de los barrios frente al centro. Otros consideran que toda la ciudad está sucia, como Mamen Alcaraz. «Estos días estoy recorriendo Alicante caminando y está toda que da asco. ¿El Ayuntamiento cree que estamos todos ciegos y sin olfato? Dirán que han intensificado pero no se nota, así que es mentira o los efectivos están en el bar. Ellos sabrán». Otros admiten el esfuerzo de los servicios de limpieza pero lo consideran insuficiente, apelando a su refuerzo y al endurecimiento de las normas de comportamiento y civismo.

Incluso hay quien apela a la creación de una tasa turística para pagar las horas extra que se necesitarían «para limpiar lo que ensucian los visitantes. Así los barrios no se verían tan afectados».