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La provincia recibe cerca de 10.000 demandas por cláusulas suelo en un año

La llegada de refuerzos permite agilizar los señalamientos y en un trimestre se han fijado el doble de juicios que en 2017

Casi 10.000 demandas por cláusulas suelo en un año

El juzgado de cláusulas suelo de Alicante acumula ya más de 9.500 demandas de toda la provincia y tiene más de 1.000 juicios señalados hasta final de año, según datos del Palacio de Justicia de Alicante. El objetivo es reducir la tasa de litigios pendientes, antes de que la bola siga creciendo y termine de colapsar estos órganos judiciales. Desde su puesta en marcha, los nuevos juzgados han sido vistos con recelo porque empezaron a funcionar con unos medios muy limitados y sin ninguna previsión sobre cuál sería la carga de trabajo que iban a tener. Desde el Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) se estableció un límite de 2.000 demandas por juzgado y, en caso de que la cifra se superara, se irían añadiendo refuerzos.

En estos momentos, en la provincia de Alicante hay ya tres jueces nombrados y se está a la espera de que desde el CGPJ se autorice el nombramiento de un cuarto. Sin embargo, con los datos en la mano, durante el próximo otoño será necesario el nombramiento de un quinto. Durante sus diez primeros meses, el juzgado resolvió un total de 481 asuntos ingresados frente a los 7.208 ingresados. Fuentes judiciales apuntaron a que a finales del mes de julio el número de asuntos resueltos rondaba ya los 700, mientras que entre septiembre y diciembre se habían señalado ya un millar de vistas.

«La apertura de nuevas salas de vistas y la llegada de refuerzos ha provocado que el ritmo de resoluciones se haya duplicado», explicó a este diario el juez decano, Salvador Bellmont. Con las resoluciones que el Tribunal Supremo está dictando acerca de las cláusulas suelo se prevé que el número de demandas descienda y la cifra de asuntos pendientes ya sea más manejable. «En cuanto se conoce cuál es el criterio de la Justicia sobre determinados asuntos, se facilita que las partes puedan llegar a un acuerdo antes de que se celebre el juicio», explicó Salvador Bellmont.

Entre las resoluciones del Alto Tribunal que habían frenado la entrada de asuntos están la sentencia que avala que el banco pueda cargar al cliente los impuestos de la hipoteca, así como que la entidad pueda renegociar una cláusula suelo con el cliente a cambio de que éste no demande. Pero surgen otras cuestiones por las que litigar, como las comisiones de apertura o el pago de las costas del procedimiento.

Uno de los factores que entorpeció la puesta en funcionamiento del juzgado fue la ausencia de una sala de vistas propia. La juez tenía que compartirla con otros órganos del Palacio de Justicia de Pardo Gimeno, con lo que solo disponía de un día a la semana para poder celebrar juicios. En las dependencias destinadas al despacho de la juez se ha habilitado una sala de vistas propia para no tener que depender de la agenda de otros compañeros.

El juzgado de cláusulas suelo entró en su día como un refuerzo del de Primera Instancia número cinco de Alicante, que por su parte se encargaba de otros señalamiento civiles. Desde el pasado mes de enero, se decidió que el citado juzgado número cinco pasara a ocuparse también de las cláusulas suelo. Pero no de manera exclusiva, aún tenía que reservar un 25% de su agenda para asumir otros asuntos civiles ordinarios que se registraran.

Ante la protesta de los jueces, el CGPJ rectificó e hizo que la dedicación a los pleitos contra bancos sea en exclusiva en dicho órgano. Esta especialización todavía no puede ser efectiva porque aún tiene que resolver el resto de los asuntos que tenía pendientes antes de la medida. Las fuentes consultadas por este diario señalaron que ya se ha empezado a resolver también sobre procedimientos contra bancos, al empezar a zanjar asuntos anteriores. La sede de este juzgado se ha trasladado a un local que se encuentra frente al Palacio de Justicia y que antes estaba ocupada por una sucursal bancaria.

A estos dos jueces, se une un tercer refuerzo que fue renovado tras la Semana Santa, lo que ha permitido ir aligerando la agenda de pleitos pendientes. El principal problema que se planteaba es que las demandas presentadas se quedaban encima de una mesa esperando turno junto al resto para ser proveidas. Entre las que se encuentran en esta situación, hay algunas del año pasado.

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