Un control light para frenar momentáneamente la apertura de más locales de ocio en el Centro Tradicional y el Casco Antiguo ante el aluvión de peticiones de nuevos establecimientos a que podría haber abocado la caducidad, el día 24, de la suspensión de licencias en vigor durante los dos últimos años. Es lo que aprobó ayer el pleno del Ayuntamiento pese a la oposición de vecinos y comerciantes, expresada por sus representantes «in situ», que acusaron al alcalde, Luis Barcala, de traicionarles.
La concejala de Urbanismo, Mari Carmen de España, explicó que la modificación del planeamiento aprobada ayer es un mero instrumento urbanístico que afecta a la ordenación del suelo e indicó que había que aprobarla para evitar que abran más locales y se incrementen las molestias. Barcala se comprometió con los vecinos a retomar en septiembre los trabajos para elaborar la Ordenanza del Ruido, como reclamaban en sus alegaciones, y a revisar la normativa de ocupación de vía pública. «Esa será la vía para completar lo aquí aprobado hoy y conseguir una convivencia entre vecinos y empresarios hosteleros, que no será la mejor solución, pero es la que hay», afirmó el regidor. Para ello anunció que el punto de partida será la Ordenanza de Ruido que elaboró la socialista Eva Montesinos cuando era edil de Urbanismo, como los populares han hecho ahora con los locales de ocio.
La modificación de los planes especiales del Casco Antiguo y el Centro Tradicional para regular la concesión de licencias contó con 19 votos a favor, los del PP, el PSOE, Ciudadanos y la tránsfuga Nerea Belmonte; siete en contra, los de Guanyar y Compromís; y una abstención, la del tránsfuga Fernando Sepulcre. La nueva ordenanza fija un mínimo de 50 metros de radio libre de locales para poder instalar uno nuevo y prohíbe las licencias del tipo 2 -locales con música- en doce calles más, que pasan a estar incluidas en la Zona de Protección Acústica Especial. Algo considerado excesivo por la Asociación de Locales de Ocio (Alroa) en el pleno.
También tomaron la palabra representantes de la Asociación de Vecinos del Centro Tradicional y del Casco Antiguo para afirmar que es una regulación insuficiente y que esperaban una más restrictiva, con reducción de bares y pubs. Y aprovecharon para reclamar la declaración de acústicamente saturadas pues «de forma generalizada se alcanzan los 65 decibelios y se superan los 80 los fines de semana».
El portavoz de Guanyar, Miguel Ángel Pavón, acusó al alcalde de hacer una «barcalada» por convocar el pleno de urgencia obligándole a volver de Irlanda, y de «barcalazo» por degradar, a pocos días del pleno, al jefe de planeamiento que participó en la redacción de las modificaciones «para que no interviniera». Pavón considera que el PP defiende los intereses privados frente a los generales de Alicante.
