El agua del Tajo llegará a los cultivos de Alicante, como reclamaban los regantes, que estaban preocupados por la demora del Ministerio para la Transición Ecológica en liberar los 20 hectómetros cúbicos que necesitaban para planificar los cultivos de invierno.

Finalmente ayer por la tarde la Comisión Central de Explotación del Acueducto Tajo-Segura, reunida en la sede ministerial, acordó la aprobación del trasvase para atender las necesidades hídricas de las cuencas receptoras de Alicante y Murcia.

Esta resolución, según informó el Gobierno en un comunicado, se toma después de que en su reunión del pasado 11 de julio, la comisión técnica responsable de aplicar las reglas de explotación del Tajo-Segura constatara que la situación de los embalses de la cabecera, Entrepeñas y Buendía, está en nivel 3. «Esto implica que se puede autorizar un volumen máximo de hasta 20 hm3 por mes de forma discrecional pero motivada, por lo que se acordó preparar un informe sobre la situación del sistema».

Sus resultados, analizados ayer, constatan que en los embalses a comienzos de agosto hay 652,2 hm3 y se hace una previsión de la evolución de estas reservas para el próximo semestre, según la cual con un trasvase de 20 hm3 no se corre riesgo de bajar al nivel 4. La comisión se reunirá de nuevo a principios de septiembre para analizar las reservas del momento.

Horas antes de esta reunión, el presidente de la Generalitat Valenciana, el socialista Ximo Puig, reclamaba al Gobierno de Pedro Sánchez, de su mismo partido, el agua esperada por los regantes.

Puig, que se reunió en Alicante con el secretario general de los socialistas murcianos, Diego Conesa, dijo que el trasvase Tajo-Segura es «absolutamente irrenunciable. En una visita posterior a los embalses de El Rollo y Federal, en Aspe, para supervisar la llegada de los 6,3 hectómetros de agua de otro trasvase, el del Júcar, destacó que el Consell trabajará para hallar soluciones que permitan garantizar los recursos hídricos y salvar los cultivos porque «es una obligación moral».

«Hemos estado un año sin trasvase, ahora llega el del Júcar y esperamos que haya una línea de continuidad que garantice el suministro y la estabilidad para los agricultores y las familias que viven del agua», insistió, apelando al Gobierno de Pedro Sánchez a desbloquear la llegada de agua del Tajo, entonces pendiente de la autorización de la ministra de Transición Ecológica que llegó horas después.

«Para nosotros es irrenunciable el trasvase Tajo-Segura, absolutamente irrenunciable. Murcia y Alicante, fundamentalmente la Vega Baja, son la huerta de Europa y hay que conseguir que esa producción agroalimentaria que tantos recursos y empleo genera tenga garantizada el agua». Puig reivindicó ante todo «lo que es justo» sin buscar la confrontación con otras comunidades «sino en favor de nuestra agricultura y sociedad».

En este sentido, el presidente del Consell destacó el esfuerzo económico «indudable» de los regantes y agricultores de la Comunidad para modernizar sus regadíos, que están a «un nivel altísimo».

En su visita posterior a los embalses de Aspe, el presidente de la Generalitat agradeció a los regantes y a los pueblos del Vinalopó el esfuerzo de años por tener una agricultura de calidad. «Es una alegría y nuestra obligación moral haber contribuido a la llegada del riego de socorro, porque desde el Consell debemos buscar soluciones», dijo en referencia a la aportación por la Generalitat de los 794.000 euros que necesitaban los regantes para llegar a los 2,5 millones de euros que han pagado por los 6,3 h3 de agua del Júcar.

Puig remarcó una vez más la necesidad de garantizar el agua para siempre porque en ello «va gran parte del futuro de la Comunidad».