Lleno pero no tanto como toca. Agosto ha llegado con la misma tendencia de julio y los hoteles de Benidorm y la Costa Blanca han cerrado el primer fin de semana del mes más importante del verano sin colgar el «cartel de completo». La ocupación turística se ha situado entre 2 y 3 puntos por debajo del año pasado lo que hace que agosto se plantee como «complicado» para el sector.

El verano de 2018 está siendo atípico y ha hecho saltar las alarmas además de hacer que «aún no haya habido ningún periodo este año que se haya colgado el cartel de completo», esa palabra tan ansiada y que refleja que la temporada va viento en popa. De hecho, las previsiones de la asociación hotelera Hosbec no son positivas y su meta se sitúa en no bajar del 90% en el total del mes.

Ese cartel de completo no lo ha podido colgar Benidorm, capital del turismo por excelencia, pero tampoco el resto de la provincia de Alicante. Ni tampoco ha llegado a los campings, que están al 94% de ocupación con agosto ya comenzado cuando otros años en estas fechas no quedaban parcelas libres donde poder pasar las vacaciones.

Desde la patronal hotelera Hosbec apuntan a que esta tendencia decreciente, que ya arrancó en julio, se debe a «un cúmulo de circunstancias». El resurgir de destinos como Egipto o Turquía; las ofertas «agresivas» de otros destinos como Canarias o Baleares; o el aumento de las temperaturas en esta época en el resto de Europa, lo que hace que los extranjeros no tengan que huir del mal tiempo, son algunas de las razones que baraja la entidad hotelera. Además, un aumento de la oferta que no va unido al crecimiento de la demanda hacen que el resultado sea negativo respecto a otros veranos.

Hosbec asegura que esta caída de las cifras de julio y agosto es «negativa» pero que la preocupación está en un horizonte algo más lejano: 2019. Así apuntaron que «antes se vendía sin esfuerzo y ahora hay que poner ingenio y fuerza para vender» para que los turistas no se decidan por otros destinos. La competencia cada vez es más feroz por lo que para el próximo año, el sector tendrá que remar más fuerte para afrontar la temporada.

Los campings también a la baja

Ayer domingo a las 12.00 horas, aquellos que eligieron los campings de Benidorm y la Costa Blanca para pasar el primer fin de semana de julio hicieron sus maletas. Era hora de dejar los alojamientos y de que esta parte del sector hiciera números. Desde la entidad que los aglutina en Benidorm y comarca, explicaron que, arrancado agosto, la ocupación se sitúa entre el 93 y 94%, una cifra «razonablemente satisfactoria» pero no la que desearían.

«No es un 4 y 5 de agosto normal en el que el cartel del completo colgaba en la puerta; ni siquiera hemos buscado dónde tenemos ese cartel este año porque no creo que lo pongamos». Este tipo de oferta no tenía otros años por estas fechas ni una parcela libre: «es un año atípico; no sabemos dónde están los que venían antes». Y es que no se aventuran a dar una razón para la bajada de ocupación aunque nombran al calor de estos días como una posibilidad. «Estamos preocupados pero tampoco alarmados». Eso sí, aseguran que donde más se resiente esta cuestión es en el empleo.

Bares llenos sólo fin de semana

La caída de la ocupación tiene efectos también sobre otros sectores. El de la restauración es uno de ellos. Desde Abreca-Cobreca explicaron que, aunque es pronto para dar cifras exactas, «entre semana no se trabaja casi y el fin de semana mucho». Algo que no sólo ocurre en Benidorm sino en otras zonas de playa como San Juan donde otros años ha sido imposible conseguir una mesa para cenar en primera línea.

La entidad alegó que julio fue complicado por la falta de turistas y que la situación se salvó por el Low Festival. «Las ofertas de otros destinos han frenado la llegada de extranjeros aunque ha subido un poco el turismo nacional». Sin embargo, el gasto «es muy poco» y se nota en que se hace menos caja. Así que con el primer fin de semana de agosto ya pasado, el sector parece que tiene clara cuál será la tendencia el resto del mes que podría cerrarse como uno de los peores de la última década.