El peor inicio o el peor final de vacaciones. Muchos de los ciudadanos que comenzaron ayer sus días de descanso en la Costa Blanca, al igual que alicantinos que regresaban a sus domicilios, sufrieron en primera persona la huelga indefinida del taxi que ha sembrado el caos en Alicante y asestado un duro golpe a la imagen turística de la ciudad y la provincia.

Las caras de enfado, malhumor e indignación se sucedieron en todo el día de ayer en la estación de Adif, donde una treintena de taxis, con carteles pegados en los cristales, bloqueaban la parada de forma permanente. Los taxistas hablaban con los clientes, les informaban de sus demandas pero no les ofrecían subir a sus coches por muchas maletas que arrastraran para pasar sus vacaciones en Alicante. Tan solo atendían unos «servicios mínimos para urgencias sanitarias o personas con movilidad reducida», que transportaban de forma gratuita, donde, a simple vista, no se encontraban personas mayores que tuvieron que buscar la conexión final hasta su lugar de descanso al margen del taxi.

Y en sentido contrario, tres cuartos de lo mismo. Daba igual que se tratara de un alicantino que llega su casa, después de un viaje internacional, que regresaba a España por el aeropuerto de Barajas, y que, tras coger un AVE hasta Alicante, se encontraba con que los taxistas no le dan el servicio que solicitaba. Y eso pasó ayer en la estación de Renfe, con el consiguiente cabreo de viajeros que vieron empañadas sus ansiadas vacaciones.

Además, el problema se agrava cuando alguno de estos turistas tiene como destino final Benidorm. Para llegar hasta la capital el turismo, podían acceder hasta allí en TRAM, pero al estar cerrada la estación de Luceros, no les quedaba otro remedio que caminar hasta el Mercado para utilizar la Línea 1 del tranvía, si querían llegar a Benidorm, o la Línea 3 si iban hasta El Campello.

Los huelguistas dedicaron el día a informar de sus demandas a través de una pancarta o de carteles pegados en los propios vehículos ya que Adif les obligó a quitar la información pegada en pilares y paredes de la estación. Otra labor de los taxistas fue controlar los accesos a Renfe, por cualquiera de las tres posibles entrada, con el objetivo de saber si se acercaba por allí algún vehículo de transporte con conductor (VTC).

Huevos a los VTC

En la tarde del sábado, algún taxista lanzó huevos a sus «enemigos del VTC» y ayer eran visibles los restos de suciedad en los accesos la estación. Sin embargo, ayer domingo, los «piquetes informativos» de los taxistas no pudieron impedir que los controvertidos VTC (para los que los taxistas solo permiten una licencia por cada 30 taxis) pudieran trabajar.

Un conductor con licencia VTC procedente de La Mata (Torrevieja), después de dejar a sus clientes a la puerta de la estación de Adif, comentaba: «No he querido entrar porque he sido 30 años taxista y ahora no quiero problemas».

El bloqueo de la parada de taxis de la estación impidió que entraran en sus zonas de trabajo habituales vehículos de transporte concertados de pasajeros, la mayoría con destino a Benidorm. Un grupo de nuevo turistas con destino a Calp tuvieron que salir hasta la puerta principal de la estación donde les esperaba un mini bus contratado previamente.

El paro indefinido, además de afectar a la ciudad de Alicante, sigue extendido a toda el Área de Prestación Conjunta, que incluye San Vicente del Raspeig, Sant Joan, El Campello y Mutxamel. Elche, incluido el aeropuerto, está en huelga desde la tarde del sábado. En Torrevieja y Orihuela los taxistas están prestando servicios pero no acuden ni al aeropuerto ni a la ciudad de Alicante. Y en Benidorm decide esta mañana si se suma a la huelga.