n Los turistas volvieron a ser un día más en la ciudad de Alicante los grandes perjudicados por la huelga indefinida que mantiene el sector del taxi desde el pasado sábado. En torno a mediodía llegaban a la estación de tren un AVE y un Euromed procedentes de Madrid y Barcelona, y la indignación entre los turistas no tardaba en aparecer. «No me haga hablar porque en este momento estoy encendido», señalaba un hombre mientras arrastraba junto a su mujer una maleta en dirección a un agente de movilidad que estaba a las puertas de la estación de tren para preguntarle cómo ir hasta la plaza Puerta del Mar. Éste les indicaba que debían dirigirse a una parada cercana para coger un autobús de línea. Muchos veraneantes ya llegaban a Alicante sabiendo con lo que se iban a encontrar, por lo que directamente se dirigían a la estación del Tram o a las paradas de autobús. Más incomprensible era la situación para los turistas extranjeros: «¿No taxis?», preguntaba en la estación una joven preocupada porque debía trasladarse al aeropuerto.

Durante buena parte de la mañana decenas de taxistas se concentraron en el parking de la estación a la espera de las noticias que llegaban de Madrid. Allí informaban a los turistas que querían coger un taxi de los motivos de esta huelga indefinida y les señalaban cuáles eran las alternativas para llegar a su destino. Durante la jornada de ayer se prestaron servicios mínimos a personas de avanzada edad, con dificultades de movilidad y a las familias con niños pequeños. Durante todo el día no se dejó ver ningún conductor con licencia VTC tras los incidentes registrados durante el fin de semana, cuando los taxistas les lanzaron huevos.

En el aeropuerto la situación no era muy diferente. «Llevamos algo más de una hora esperando el autobús», decía ayer M'Colin, un turista francés, que se dirigía con su pareja a disfrutar de unos días de vacaciones en un hotel de Guardamar. Junto a ellos había más turistas en la zona de paradas de autobús del aeropuerto, donde los vehículos llegaban con cuentagotas. Los que trasladaban a los turistas a Benidorm lo hacían con 40 minutos de retraso, por los problemas que ponían los taxistas en la estación de Benidorm, según indicaban desde la propia compañía.

Ayer llegaron 300 vuelos al aeropuerto de Alicante-Elche, y sus pasajeros, como sucedió el día anterior, tuvieron que buscar una alternativa al taxi, ya que el colectivo mantuvo la huelga, y sólo prestó servicios mínimos para atender a personas con diversidad funcional, embarazadas o familias con niños pequeños. El presidente de los taxistas ilicitanos, José María Bretones, explicó que «estamos actuando con normalidad, explicando a los clientes lo que pasa, y ayudándoles a coger los autobuses para llegar hasta su destino». En el aeropuerto, para atender estos servicios, había ocho vehículos en cada turno, aunque aseguraban que si se presentaba una necesidad urgente y no estaban estos vehículos disponibles, se atenderían con otros.

Lo cierto es que ayer por la mañana eran muy pocos los turistas que llegaban a la terminal sin conocer que no había servicio de taxi. «La gente está bien informada, y el que no lo está lo acaba entendiendo cuando habla con nosotros», decían los taxistas que ayer se concentraban en la parada del aeropuerto.

«Venimos de París, y queríamos coger un taxi para llegar a Benidorm», explicaba Pierre, un turista que, al final, como los demás, tuvo que esperar a que llegase el autobús para retomar su viaje y llegar hasta su destino. «Nosotros somos de Belgica y vamos a Gran Alacant», explicaba otra mujer, que, con su pareja, y muchas maletas, buscaba la parada exacta del autobús que les llevase hasta la zona donde está su residencia de verano.

Además de informar a los viajeros que buscaban taxi, los profesionales del sector aprovecharon el parón para estar más vigilantes contra los que ellos mismos califican como «piratas». José María Bretones explicaba que «esta misma mañana hemos cazado a un conductor sin licencia, un pirata, que son los que más daño hacen al sector».

En Benidorm, los taxistas también decidieron sumarse a la huelga tras un intenso fin de semana de trabajo a cuenta del Low Festival. El sector decidió mantener el servicio durante los días previos para cumplir con los compromisos que ya habían adquirido con motivo de los conciertos, como explicaron desde el colectivo. No obstante, durante la mañana cerca de 300 taxis desfilaron por las principales calles de la ciudad turística. Una marea de coches blancos recorrió calles tan transitadas como Ruzafa, Jaime I o la avenida del Mediterráneo, mientras que la preocupación empezó a cundir entre los empresarios hoteleros. Por la tarde la situación se desbloqueó, tras una intensa reunión con representantes municipales.

Mientras tanto, en torno a ochenta taxis paralizaron el tráfico en el centro de Torrevieja durante la jornada de ayer. Una protesta secundada también por los taxistas de Orihuela Costa. El gremio reclama que se mantenga la proporción de una licencia VTC por cada 30 taxis, algo que se incumple en muchos lugares. Además en zonas costeras como Torrevieja, Orihuela Costa, Guardamar y Pilar de la Horadada, además de a la competencia legal del VTC, los taxistas deben lidiar con el intrusismo puro y duro. Durante el paro los taxistas realizaron servicios mínimos de forma gratuita al Hospital Universitario de Torrevieja y a centros de salud, y también hicieron recorridos solicitados por mayores y embarazadas, según el presidente de Radio-Taxi Torrevieja, José Lorenzo Ballester Pizana. La marcha lenta de los taxistas en Torrevieja comenzó en la estación de autobuses y recorrió buena parte de los tramos principales de las calles Ramón Gallud y Caballero de Rodas, entre otras, haciendo sonar el claxon. Se produjeron algunas escenas de tensión con conductores que esperaban al paso de la marcha en la confluencia de Ramón Gallud con la calle María Parodi. En otras localidades de menor tamaño, como Alcoy o Elda, la huelga tuvo escasa incidencia.