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Alicante exporta semen de sus cabras a Sudamérica para mejorar la producción de leche

Los ganaderos abren una nueva vía de negocio de la especie murciano-granadina, que desde hace dos años se vende con éxito en Irán

Alicante exporta semen de sus cabras a Sudamérica para mejorar la producción de leche

Hoy domingo está previsto que salga desde el aeropuerto de Barcelona una nueva remesa de 2.000 cabras de la raza murciano-granadina (autóctona de la provincia de Alicante) rumbo a Irán, país en el que en los últimos dos años se ha consolidado la exportación de esta especie caprina que se ha adaptado perfectamente al clima y a la propia orografía de la antigua Persia. Con un consumo de un litro de agua produce un litro de leche, cuando las vacas necesitan beber cinco litros de agua para dar ese litro de leche. El éxito de la venta de cabras a Irán ha abierto, además, otras posibilidades para los ganaderos alicantinos y del conjunto de la Comunidad Valenciana, que han comenzado a atender la demanda que llega de Chile, Costa Rica, Venezuela y Brasil exportando semen de machos sementales para inyectarlos en cabras autóctonas de los países y crear razas más fuertes. «Es una forma de abrir camino porque aunque querían que les enviáramos animales resultaba complicado, de ahí que se haya recurrido al semen», apunta Juan Luis Gimeno, ganadero de Monóvar, miembro de Asaja y pionero en la venta de cabras a Irán.

La exportación de semen de los machos de las cabras autóctonas está dando sus primeros pasos, tanto administrativos, como para la propia logística del transporte. Menos complicado que la exportación de los animales vivos pero también con sus trabas e inconvenientes, según apunta la veterinaria Ana Mompó. El semen viaja congelado y en unas estrictas condiciones sanitarias y de control del origen de las cabras del que se necesita hasta el árbol genealógico. A partir de ahí se entra en un proceso lento que no siempre puede acabar con éxito. «No hablamos de realizar un injerto como en la fruta», subraya Ana Mompó. Tienen que pasar pruebas y que, por ejemplo, el semen que se inyecta en una cabra del país sirva para mejorar la raza autóctona del país de destino.

La exportación de chotos (cabras jóvenes de 4 a 6 meses) y sementales permite al sector ganadero consolidar sus explotaciones en un entorno comercial hostil marcado por el hundimiento de precios de la leche, que ha acabado con muchas explotaciones en los últimos diez años.

Hoy parten 2.000 ejemplares a Irán y en noviembre está previsto que se envíe otra remesa. Son distintos factores los que explican que éste sea un negocio al alza. Uno de ellos es la calidad de la especie, de ahí que se haya comenzado a exportar semen, aunque los requisitos para poder hacerlo no son fáciles. Según Asaja, ahora mismo solo unos seis ganaderos de caprino de toda la Comunidad Valenciana puede hacerlo. Hay que cumplir estrictas normas sanitarias, pero constituye una esperanza para el sector, que está impulsando a muchos ganaderos profesionales a tratar de realizar todos los trámites necesarios para poder exportar.

La cabra de la raza murciano-granadina se expande por todo el mundo gracias a la cantidad y calidad de la leche que produce. A Irán se llevan enviando animales ya desde hace años y aumenta el número de ganaderos, que quieren comprar chotos. México, Bolivia, Colombia, Venezuela, Ecuador y Brasil también esperan recibir ejemplares.

En el caso de Irán las importaciones también se han incrementado porque la cabra necesita menos agua que la vaca. Y es que estamos hablando de un animal muy eficiente. «Consume un único litro de agua para poder producir un litro de leche, mientras que la vaca para obtener el mismo rendimiento, necesita consumir 5 de agua», explica Juan Luis Gimeno, representante de la sectorial ganadera de Asaja Alicante.

Estas características no se valoran, sin embargo, en los precios, según denuncia Julián Huertas. «Es inconcebible el valor que pagan a los ganaderos por producir un litro de leche o un kilo de carne de cabra, oveja o vaca. Después, el consumidor tiene que pagar más del doble por lo que ha obtenido el productor. ¿Quién acapara tanto beneficio? Nosotros hacemos los deberes, la Administración también debería hacerlo y hacer cumplir la ley para la mejora del funcionamiento de la cadena alimentaria».

A esta situación de bajos precios en origen, se suma el de los elevados costes. «Pagamos una millonada en impuestos, que no se corresponden con los resultados que obtenemos. Los gastos de mantenimiento, pienso, controles sanitarios, agua, también son muy elevados. Urge apoyar a las explotaciones ganaderas porque toda la sociedad, el país, el mundo las necesita. Todos queremos y merecemos comer buena carne y leche y eso es que producimos aquí en la provincia de Alicante» sentencia Julián Huertas, miembro también de Asaja.

El primer envío de cabras de la provincia a Irán se produjo en octubre de 2016. Mil cabezas (954 hembras de entre cuatro y diez meses y 46 sementales entre 4 y 12 meses). El objetivo es llegar a las diez mil porque, además, la venta de cabras a Irán representa un balón de oxígeno para un sector, el caprino, al que los bajos precios de la leche tiene contra las cuerdas. En la provincia se crían unas 40.000 cabezas dedicadas a la producción de leche y de carne, pero son tres las explotaciones, localizadas en Monóvar, Almoradí y Beneixama, las que tienen todos los requisitos y permisos para exportar ganado a cualquier lugar del mundo. Esta cabra originaria del sureste español, que se cría en Alicante y el en el Altiplano murciano (Yecla y Jumilla).

La iniciativa está coordinada por la Asociación Española de Criadores de la Cabra Murciano-Granadina, junto a una empresa especializada en la gestión de proyectos y desarrollo de negocio en Irán, que realizó hace dos años la mayor exportación de animales de especie caprina que se conoce a bordo de un avión carguero de Qatar Airways, que salió desde Barcelona, aeropuerto al que las cabras llegaron en camiones. «Estamos muy contentos porque en España somos pocos los ganaderos que tenemos la capacitación para mover ganado por todo el mundo y esperamos que en dos o tres años podamos llegar a llevar hasta diez mil ejemplares. Irán buscaba un animal resistente y esta raza es muy completa», destaca Juan Luis Gimeno La adaptación de las cabras fue inmediata,ya que las instalaciones en Irán son espectaculares en relación a materiales y últimas tecnologías. Llegan al marco ideal.

Se trata de una cabra con un claro biotipo lechero. El peso de los machos oscila entre 50 y 70 kilos y el de las hembras entre 40 y 55 kilos, según Acrimur. Tienen una cabeza de tamaño medio, triangular con expresión muy viva, orejas de tamaño medio y los machos pueden presentar perilla. El cuello es ligero y fino en las hembras, y en los machos más corto, potente y bien insertado.

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