Rosa e Isabel Romero, de 88 y 83 años, sufrieron el pasado lunes una aparatosa caída en la estación del TRAM de Luceros al precipitarse por las escaleras mecánicas por las que tuvieron que subir al encontrarse el ascensor fuera de servicio. La familia tiene previsto poner una reclamación a FGV por las heridas sufridas por estas dos octogenarias. «Mi tía iba delante y perdió el equilibrio, cayendo al suelo. Detrás fue mi abuela. Hubo que llamar a una ambulancia y trasladarlas al hospital», explica Silvia Polo, nieta y sobrina de las afectadas. Como consecuencia de la caída, «mi tía sufrió una herida en el brazo y tuvo que recibir puntos y mi abuela se llevó un golpe en la cabeza». Polo critica que en la estación de Luceros «no había nadie para ayudar a la gente mayor que tenía que hacer uso de las escaleras mecánicas al estar roto el ascensor». Unos carteles en el tranvía aconsejaban bajarse en la estación anterior, «pero ellas son mayores y no los leyeron».