El último suceso protagonizado por una embarcación deportiva en aguas de la isla de Tabarca, cuando una avería acabó anteayer con el yate encallado en la playa de la que disfrutaban cientos de turistas ha encendido todas las alarmas. Desde Capitanía Marítima de Alicante, de hecho, se advierte de que este tipo de incidentes se han multiplicado este verano hasta crecer un 40% (una media de dos/tres al día por toda la costa de la provincia) con relación a julio del año pasado, según revela Cayetano Pérez, capitán marítimo de Alicante. Pérez subraya que «estamos teniendo una media de entre dos y tres sucesos diarios, algo que se achaca directamente a que los tripulantes no toman las medidas adecuadas antes de hacerse a la mar. De momento, no hemos tenido que lamentar ningún incidente grave ni una desgracia personal, pero sí es cierto que se ha desatado cierta alarma porque nos encontramos con que la magnitud del problema es mucho mayor que otros veranos».
Los servicios de Salvamento Marítimo, Cruz Roja, Guardia Civil del Mar y efectivos de la Policía Local que velan por la seguridad en el mar han detectado un aumento descontrolado de las malas prácticas. Patrones que salen al mar sin tener sus embarcaciones a punto, con poco combustible, o desórdenes a bordo, que en muchas ocasiones terminan con fallos en la gobernanza debido a causas técnicas y descuidos. Capitanía Marítima ha recibido críticas, por ejemplo, por haber exigido que cuando un barco fondea debe quedarse alguien responsable en su interior para reaccionar en caso de un incidente.
Una práctica habitual, ya casi erradicada, en Tabarca -escenario del último incidente- era que todos los tripulantes se bajaran a comer a la isla abandonando los barcos. Precisamente, Tabarca, el Rincón de Loix en Benidorm, o la zona más próxima al Cabo de las Huertas en la Playa de San Juan son los «puntos negros» para los servicios de Salvamento Marítimo, pero las malas prácticas pueden darse a lo largo de la costa de la provincia donde existen zonas de fondeo. «Existen sanciones en función de la gravedad de los hechos, pero de momento, afortunadamente, no ha pasado nada y todo queda en el coste del salvamento que corre a cargo del patrón de barco», explica Cayetano Pérez, que se reitera en su petición de prudencia y máxima atención a todas las personas que navegan durante el verano. En la Costa Blanca hay un tráfico marítimo potencial de unas 15.000 embarcaciones durante la temporada alta turística.
La Capitanía Marítima de Alicante desarrolla desde hace dos veranos una campaña para reforzar la seguridad marítima en la isla de Tabarca, el punto más conflictivo de la provincia. Con esta iniciativa se pretende concienciar a los patrones para evitar accidentes que afecten a la seguridad de la navegación y a la seguridad de la vida humana en la mar, garantizando, además, la protección del medio ambiente en el entorno de la reserva marina, como espacio protegido, mediante la ordenación del tráfico marítimo.
La campaña de este año se mantendrá hasta final de agosto, dado que hasta entonces existe un elevado tráfico marítimo de embarcaciones de pasajeros y de recreo. Se quieren evitar, por ejemplo, situaciones como la de dejar una embarcación deportiva vacía y sin tripulantes fondeada en la bahía, la de Tabarca u otra cualquiera para bajar a comer a tierra, algo prohibido y que puede acarrear sanciones. En verano hay jornadas con hasta 10.000 visitantes en la isla de Tabarca.
También se ha intensificado la vigilancia por parte de los agentes, que velarán por el cumplimiento de la normativa marítima vigente y por que se respeten los criterios establecidos por la Autoridad Marítima para el entorno de la reserva marina.
«La campaña no tiene sentido sin la participación de toda la gente de mar, por lo que se recomienda a todos ellos el estricto cumplimiento de las recomendaciones de seguridad establecidas por Salvamento Marítimo en su web: http://www.salvamentomaritimo.es/seguridadnautica/durante-la-navegación/», según apuntan desde Capitanía.
Desde el momento en que larga las amarras, el patrón es el responsable de la seguridad a bordo de su embarcación y debe imponer su autoridad. La persona al mando debe adoptar una actitud de calma responsable en todas las circunstancias para infundir confianza entre la tripulación e invitados. Mantener un rumbo y velocidad ajustados a las circunstancias de viento y oleaje, velando por la comodidad y la seguridad de todos.
La ordenanza obliga a mantener constante vigilancia visual y radar (si dispone de él) de las aguas en su entorno y especialmente en los accesos a los puertos y en las proximidades de la costa. La colisión con un objeto flotante entre dos aguas (troncos, contenedores, cetáceos) no se puede prever, especialmente de noche, y puede desembocar en una peligrosa vía de agua, un vuelco o severos traumatismos. No existen recomendaciones para evitar este tipo de abordaje. Si se observa un objeto a la deriva que puede poner en peligro la navegación, hay que avisar de inmediato a Salvamento Marítimo. El abordaje con otra embarcación puede ser fácilmente evitado si se mantiene una vigilancia correcta y se respeta el Reglamento.
Si se navega cerca de la costa, hay que vigilar la presencia de las boyas rojas o anaranjadas, que señalan la presencia de un pescador submarino, y a las embarcaciones que muestran la bandera «A» del Código Internacional de Señales indicando la presencia de submarinistas. Se debe dejar un resguardo mínimo de 25 metros en torno a la señalización y estar muy atentos a la presencia de windsurfistas, motos de agua, artes de pesca fondeados y señalizados con boyas y a pesqueros con navegación restringida.
