Es una recomendación, no hay obligación, pero sí hay «voluntad» para que los alumnos musulmanes, o de cualquier otra religión, puedan asistir al comedor escolar sin problema alguno, adaptando la alimentación a sus creencias religiosas.daptando la alimentación a sus creencias religiosas. Por ello, la Conselleria de Educación trasladó a todos los centros educativos hace un año y medio unas instrucciones específicas de la dirección general de la Agencia Valenciana de Igualdad y Diversidad donde se recalca que hay que «realizar un cuestionario sobre uso alimentario para conocer y atender las necesidades de las personas usuarias por motivos religiosos» y que si la demanda de alimentación adecuada a las religiones islámica, judía o adventista es baja, o no se puede atender en ese momento, «se recomienda incorporar menús que no tengan ingredientes o alimentos considerados prohibidos». Incluso recomiendan un menú vegetariano «también para creyentes de otras confesiones religiosas como budistas o hindúes».

Y aunque no es una obligación, y solo es una recomendación, desde la Conselleria de Educación instan a las familias que se encuentren con centros donde les nieguen menús adaptados a sus creencias religiosas a acudir a la inspección educativa para «mediar con las direcciones y encontrar una solución». Eso es lo que le ha pasado a una familia de València, que el año pasado se vio obligada a rechazar la beca de comedor y llevarse al pequeño a comer a casa -aunque esa decisión supusiera reducir las horas de trabajo y rechazar un empleo- para evitar que comiera carne de cerdo. Ahora bien, las versiones de conselleria y de esta familia son bien diferentes.

Rachida El Badaoui asegura que el colegio al que va su hijo de 4 años le «discrimina» al negarse a ofrecerle un menú halal o alternativas al mismo, es decir, menús sin carne de cerdo, o permitir que el menor se lleve la comida de casa o se ausente del comedor los días que haya carne. La conselleria afirma que la familia quiere, sí o sí, menú halal para su pequeño y que eso, a día de hoy no se puede garantizar, aunque la Administración está trabajando en este tema.

Es más, desde la conselleria muestran un documento interno que envía la dirección de este colegio a la conselleria donde asegura que la familia ha rechazado el menú que dispone para alumnos musulmanes y que consiste en sustituir la carne de cerdo por pollo o pavo, en carne o fiambre, cuando en el menú hay carne de cerdo. El documento data del 29 de enero de 2018. Sin embargo, un mes después, la propia dirección territorial de educación le responde a Rachida la queja presentada y nada le dice del menú alternativo. «El colegio se atiene a lo que se dispone en la normativa de comedores escolares de la Comunitat Valenciana, que establece el artículo de la orden 53/2012 que establece: Todos los comedores escolares estarán obligados a disponer de un menú especial o de régimen para atender al alumnado que, por medio del correspondiente certificado médico, acredite la imposibilidad de ingerir determinados alimentos que puedan ser perjudiciales para su salud». La respuesta tiene fecha del 12 de febrero de 2018. Rachida prefiere halal para su hijo, pero se conforma con un menú sin carne.