El grupo de empresas de Juan Carlos Ramírez, uno de los principales accionistas del Hércules, firmó ayer el contrato por el que se hace con la gestión durante los próximos 20 años del complejo de ocio Panoramis, ubicado en la dársena de poniente del Puerto de Alicante, y cuya anterior concesionaria, Marina de Poniente, estaba en proceso de liquidación desde el verano de 2016. Finalmente, el juez que llevaba el caso ha aceptado la oferta del empresario vasco, que fue la única de las tres que se presentaron a la puja que convenció al administrador concursal. Ramírez confirmó ayer por la tarde que la operación se había cerrado y que ahora se entra en un periodo de reflexión que puede durar unos meses hasta que decida qué hacer con el complejo.

En principio, se descarta la posibilidad de que acoja un mercado gastronómico «gourmet», como se barajó en un principio. «De momento, quiero sentarme tranquilamente con profesionales para ver qué hacer porque la intención es que sea algo bueno para Alicante y para toda la provincia». Ramírez no reveló, por otro lado, qué futuro les espera a las empresas que siguen trabajando en Panoramis, entre ellas, un complejo de cines, pero sí enfatizó que «el acuerdo con el Juzgado y con el Puerto es que recibo Panoramis libre de cargas. Ahora quiero esperar a hablar con los profesionales para ver qué hacemos porque, insisto, quiero que salga bien», pero sin ratificar si los actuales inquilinos seguirán.

La anterior gestora del edificio propiedad del Puerto entró en 2012 en concurso de acreedores tras acumular una deuda cercana a los seis millones de euros con la Autoridad Portuaria y los bancos acreedores.

Rechazado el plan de viabilidad presentado en 2013, la mercantil estaba en quiebra y a la espera de que el juez decidiera si aceptaba la oferta del empresario vasco. Marina de Poniente se constituyó en 1996 para asumir la gestión del segundo centro de ocio del Puerto de Alicante tras el construido en los muelles de Levante, cuando se decidió abrir el Puerto a la ciudad. En los primeros años llegó a funcionar y el centro atrajo a restaurantes, cines, tiendas, pubs y bares, pero Panoramis comenzó una deriva que le llevó a convertirse en un lugar «fantasma» en 2012, cuando Marina de Poniente entró en concurso de acreedores.

El Puerto era el principal acreedor con una deuda por cobrar de unos 2,7 millones de euros por el impago de la concesión y otros tres millones se debían los bancos. Al final, todo se liquida y ahora toca empezar de nuevo. En el camino se han quedado empresarios como Enrique Ortiz, amigo íntimo de Ramírez, o los grupos Borja y Vectalia. Éste último se salió de Marina de Poniente en 2014.

En estos momentos, en Panoramis sobreviven un complejo de cines, un restaurante temático de comida «texmex», un gimnasio, un bar cuya concesión controlaba directamente la Autoridad Portuaria y un centro para fiestas infantiles junto al parking subterráneo para 500 coches. El último intento para levantarlo llegó hace dos años, cuando el constructor Enrique Ortiz, todavía en Marina de Poniente, aunque nunca llegó a tener más del 15% de la sociedad, encargó a la empresa Sianliving la gestión del centro. Se anunció entonces la construcción de un mercado gourmet con 56 barras.

El mercado «gourmet», descartado en principio por el empresario Juan Carlos Ramírez, se proponía rivalizar en calidad y prestaciones con lugares consagrados en España como los que funcionan ya con éxito en Madrid (San Miguel y San Antón), Barcelona (El Nacional) o Sevilla (La Lonja). Un gastromercado que suponía una transformación total de Panoramis, de cuya configuración actual solo quedarían los cines, el Foster's o el gimnasio. Todo el resto era un centro diáfano en el que desaparecían hasta las paredes.

Comenzaron las obras, pero el Ayuntamiento las paró por excesos en la licencia. Solventado el problema con la Concejalía de Urbanismo, el tema se paralizó definitivamente y no pudo abrir en junio de 2016 coincidiendo con las Hogueras. Desde entonces, solo los cines, el Foster's, el gimnasio, la cafetería para el personal del Puerto y el centro para las fiestas infantiles mantienen encendida la llama del complejo. Ahora su futuro también es incierto y sus gestores deberán esperar a las decisiones que tome el equipo asesor del nuevo gestor, Juan Carlos Ramírez.