La Policía Local ha precintado y cerrado con vallas la pasarela peatonal sobre el Barranco de las Ovejas tras sufrir de nuevo actos vandálicos como la rotura, en los últimos días, de otros cuatro cristales decorativos de metacrilato de la estructura. También hay testigos del ataque, a pedradas, contra gran parte de las placas de madera que se colocaron en los huecos que quedaron al aire tras perderse los cristales originales para evitar la caída al mar de niños pequeños que cruzan la pasarela.

Sin embargo, los peatones se cuelan, «desde menores de 10 años a señoras de 80 y ciclistas», ya que es muy utilizada entre barrios, de ahí que las asociaciones de vecinos reclamen su urgente reparación, o que las cintas se sustituyan por sistemas menos precarios.

Solo quedan seis de los 36 cristales naranjas de metacrilato que decoraban los huecos triangulares de un puente que en 2014 recibió un premio de arquitectura de prestigio nacional y que se incluyó en el proyecto de acondicionamiento del cauce del Barranco de las Ovejas en una intervención global de la Conselleria de Infraestructuras que costó casi siete millones de euros. Sin embargo, está tan deteriorada que el Ayuntamiento va a sustituir los cristales por placas de acero, más complicado de destrozar, aunque esperará para hacerlo a que terminen las fiestas de San Gabriel, ya que desde la pasarela se disparará una mascletà.

«Era un puente maravilloso pero lo rompen a pedradas y patadas, últimamente a un ritmo de un cristal por día. Es horroroso», dijo un vecino que prefirió no identificarse por temor a represalias. De paso, recordó que la infraestructura fue galardonada en su día por la Asociación Científico-Técnica de Hormigón Estructural, de prestigio nacional. Esta pasarela, de casi 44 metros de longitud y 2,80 de anchura, tiene historia. Fue terminada en julio de 2013, con un carácter exclusivamente peatonal y para bicicletas. Construida en la Universidad Politécnica de Valencia y ensamblada allí, tuvo que ser trasladada a Alicante con un tráiler articulado y de noche.

José Santamaría, de la asociación de vecinos Gran Vía Sur, explicó que el domingo aparecieron dos coches de Policía y un camión con vallas metálicas para cerrar la pasarela. «Nos dijeron que el lunes (por ayer) vendrían a arreglar esos agujeros por el peligro de caída de niños que se pueden colar y caer al mar. Pero nadie ha venido y han inhabilitado un acceso entre barrios muy utilizado, haciéndolo mal. No está bien cerrado y todo el mundo entra y sale como le da la gana». Una situación de la que está al tanto también, dijo, la asociación de vecinos de San Gabriel.

Santamaría criticó el despliegue policial para cerrar la pasarela en lugar de vigilar e investigar la autoría de los actos vandálicos que se producen desde hace más de dos años para capturar a los culpables. Y «que se permita a la comisión de fiestas de Gabriel utilizarla como le venga en gana».

Reparación

Desde el Ayuntamiento explicaron que se ha redactado un proyecto de rehabilitación de la pasarela que se iniciará cuando concluyan las fiestas de San Gabriel. «Ya se tienen las placas nuevas, que son de acero, acordes con la zona. Esperamos que no rompan nada más y que la pasarela pueda funcionar de forma adecuada».