El aeropuerto de Alicante-Elche afronta mañana el primero de los dos días de huelga al que están llamados los tripulantes de cabina de Ryanair, primera compañía en la terminal, bajo el ambiente de incertidumbre que preside todos los aeródromos españoles porque la aerolínea irlandesa no ha comunicado oficialmente qué enlaces ha suprimido, aunque asegure haber contactado con los pasajeros afectados para recolocarles en otros vuelos o devolverles el importe del billete. No prevé cancelaciones inesperadas a lo largo de la primera jornadade huelga de mañana.

Ryanair tiene programados un total de 176 vuelos de entrada y salida de Alicante el miércoles y el jueves, de los que, según ha podido saber este periódico, tienen todas las posibilidades de cancelarse un total de 36 (nueve salidas de Alicante), el 20%, de los programados, que afectan a conexiones con Bruselas, Munich, Milán, Kaunas, Santiago de Compostela, Birmingham, Londres, Newcastle, Manchester, París, Bremen, Varsovia y Eindhoven. No obstante, nadie sabe con exactitud como puede reaccionar la compañía hasta el último momento. En principio, el paro convocado y las cancelaciones afecta a 6.000 pasajeros de la compañía con origen o destino Alicante.

La tensión entre la compañía y sus trabajadores, muchos subcontratados en otras empresas, va en aumento, máxime cuando ayer se conoció que Ryanair registró, "solo", un beneficio neto de 319 millones de euros en su primer trimestre fiscal, finalizado el pasado 30 de junio, un 20% menos que los 397 millones de euros que alcanzó en el mismo periodo del ejercicio anterior, informó la compañía en un comunicado. La aerolínea irlandesa elevó un 9% su cifra de ingresos en el periodo de abril a junio, hasta los 2.079 millones de euros, frente a los 1.910 millones del año pasado.

El director ejecutivo de Ryanair, Michael O'Leary, achaca la caída de los beneficios a la bajada de precio de los pasajes, la ausencia de parte de la Semana Santa, que este año se celebró en marzo, y el aumento del coste del combustible y de los salarios de los pilotos. O'Leary apuntó también que la aerolínea ha tenido que hacer frente a 2.500 cancelaciones (450.000 viajeros), debido a la falta de controladores en distintos aeropuertos, tanto por la carencia de personal en Reino Unido, Alemania y Grecia, como por las huelgas en Francia.

La compañía irlandesa ha señalado que el aumento del coste de los pilotos, una de las razones del recorte de beneficios, se debe a un repunte del 20% en cinco años para sus pilotos de Boeing 737.

Sin embargo, a pesar de haber aceptado los sindicatos independientes y de firmar acuerdos con pilotos y tripulantes de cabina (TCP) en Reino Unido, Italia y Alemania Ryanair afirma haber sufrido dos huelgas "innecesarias" de pilotos en Irlanda y esta semana se enfrenta a otro paro de 48 horas, el 25 y 26 de julio, de sus TCP en España, Portugal y Bélgica. "Esperamos más huelgas durante la temporada de verano porque no podemos conceder demandas irracionales que comprometerían o los bajos precios de nuestros billetes o nuestro modelo altamente eficiente", ha adelantado.

Por otro lado, Ryanair advirtió de que podría reducir su calendario de vuelos de invierno y su flota de aviones en las bases europeas donde los sindicatos de pilotos están convocando "huelgas innecesarias", lo que provocaría también "pérdidas de puestos de trabajo".

Inspectores de Fomento

El Ministerio de Fomento, a través de la Agencia Estatal de Seguridad Aérea (AESA), ha informado hoy en un comunicasdo que todos los pasajeros que puedan verse afectados por las cancelaciones de la huelga de tripulantes de la compañía Ryanair que tienen derecho a asistencia y al reembolso o transporte alternativo hasta su destino final.

En los distintos aeropuertos españoles habrá inspectores de AESA velando por que la aerolínea cumpla según lo establecido en el Reglamento No 261/2004 del Parlamento Europeo y del Consejo de 11 de febrero de 2004, sobre retrasos, cancelaciones y denegaciones de embarque, que protege los derechos de los pasajeros.

Las cancelaciones de vuelos por una huelga del personal de la propia compañía no es una circunstancia extraordinaria. Por lo que la aerolínea está obligada a pagar compensaciones por la cancelación del vuelo si no ha avisado de la misma con, al menos, 15 días de antelación. Estas compensaciones serán en función de la distancia del vuelo cancelado. La mínima es de 250 euros y la máxima de 600 euros.

Estas compensaciones económicas van más allá de la asistencia que la compañía está obligada a dar. Los pasajeros tienen derecho a la información, y para ello la compañía aérea debe entregarles un impreso con las condiciones de asistencia y compensación.

El pasajero tiene también el derecho de asistencia, es decir, la aerolínea tiene que darles comida y bebida suficiente. También, tienen derecho a realizar dos llamadas telefónicas o acceso al correo electrónico y, si fuese necesario, a una o más noches de alojamiento, así como al transporte entre el aeropuerto y el lugar de alojamiento. Esta asistencia tiene que pagarla la compañía aérea, no puede pedirle al pasajero que la abone él y luego la reclame.

En caso de cancelación, el pasajero tiene derecho a elegir entre el reembolso del billete o que la compañía le proporcione un transporte alternativo hasta el destino final lo más rápidamente posible. En caso de elegir el transporte alternativo, la compañía debe buscar la opción más rápida. Por ello, no puede ofrecer únicamente plazas en vuelos propios, o uno o varios días después si existen plazas disponibles en otras compañías en ese mismo día.

El transporte alternativo es hasta el destino final y es responsabilidad de la compañía abonar el mismo, por lo que ésta no puede pedir al pasajero que adelante el coste de dicho transporte.

Retrasos por la huelga

En caso de retrasos de dos o más horas en la salida del vuelo, los pasajeros tienen derecho a información y derecho a asistencia, aunque la demora está condicionada a una serie de límites temporales en función de la distancia del vuelo.

Si el retraso es de 5 horas o más, el pasajero tiene derecho a recibir el reembolso del billete en caso de que ya no desee viajar. El pasajero debe tener en cuenta que, en caso de retraso y optar por el reembolso y, por tanto, no viajar, ya no tendrá derecho a recibir la compensación económica por el retraso del vuelo de más de tres horas en destino final.

Los retrasos en las llegadas se pueden reclamar cuando se llega al destino final tres o más horas después de la llegada inicialmente prevista por la compañía aérea. En ese caso, el pasajero puede tener derecho a una compensación idéntica a la que le correspondería en caso de cancelación de un vuelo.

En caso de que considere que la compañía no ha respetado sus derechos, establecidos en el Reglamento 261/2004, debe reclamar a la misma, y si no está de acuerdo con su respuesta, puede presentar una reclamación, de forma totalmente gratuita, ante AESA.

Desde AESA se analizará si hubo incumplimiento del Reglamento y emitirá un informe con el resultado de sus actuaciones. Si este es positivo para el pasajero y la compañía no lo atiende, podrá acudir a la vía judicial, para lo cual el informe positivo de AESA le será de gran utilidad. Los pasajeros cuentan con el recurso de la vía judicial para solicitar una indemnización por daños y perjuicios y pueden ejecutarlo en cualquier momento del proceso.