Fiel a su estrategia de trazarse cada cierto tiempo nuevos objetivos y hacerlos públicos, el Consell de Ximo Puig y Mónica Oltra salió de su último seminario, celebrado este fin de semana en Biar y Castalla, con una gruesa carpeta que incluye 50 nuevos propósitos a cumplir en el próximo semestre, un tiempo de especial relevancia debido a la proximidad de las elecciones. Entre las nuevas metas, la Conselleria de Sanidad que ahora lidera Ana Barceló, debutante en este tipo de cónclaves, anunció un gran acuerdo para reducir las listas de espera, uno de los grandes debates de la actual legislatura y blanco de críticas de la oposición.

Ese pacto pretende «reforzar mecanismos eficaces que logren una reducción efectiva» de las demoras en los centros sanitarios y aunque todavía falta por especificar la letra pequeña, permitirá incrementar los autoconciertos en los hospitales públicos, continuar con el Plan de Choque o potenciar la colaboración entre departamentos asumiendo pacientes correspondientes a otros hospitales.

Sanidad elaborará también una norma autonómica para regular la publicidad de productos y servicios sanitarios que no cuenten con evidencia científica ni cumplan los debidos requisitos de veracidad e información como la homeopatía. Además, también se publicará la Estrategia Oncológica Pediátrica para generar entornos amables a los niños que están en tratamiento.

En el departamento de Cultura, el Consell se apresta a realizar por primera vez un inventario de carácter autonómico que incluirá aeródromos, refugios, trincheras, parapetos, polvorines, galerías y otros elementos de la Guerra Civil en todas las comarcas de la Comunidad. La conselleria se apresta a realizar en esta nueva proyección sobre la memoria del conflicto bélico un trabajo exhaustivo: para redactar el listado contempla trabajar de forma estrecha con las corporaciones municipales, lo que permitirá establecer a la vez un inventario provincial y comarcal con aquellos bienes catalogados y no catalogados de cada municipio, su estado de conservación y su conocimiento. La razón, «evitar el actual aspecto de dispersión» de esos enclaves históricos.

Por otra parte, el Consell del Botànic quiere rejuvenecer con «talento joven» la plantilla de empleados de la Administración pública de la Generalitat, donde cuatro de cada 10 trabajadores tienen más de 54 años y la previsión es que en la próxima década se jubilen más de 5.000 trabajadores. Para ello, la consellera Gabriela Bravo prepara un «programa de ayudas para la incorporación de talento joven a la Administración pública valenciana». La idea es atraer a los estudiantes más brillantes a las convocatorias de empleo público de los próximos años. A partir de este 2018 todos los años se podrán generar más de 500 vacantes entre el personal de la Generalitat, acercándose a las 800 en 2022 y a las 900 desde 2025 hasta 2029 debido a las jubilaciones previstas.

La propuesta, según se lee en el documento aprobado en Biar, incide en «tener en cuenta la situación económica de los candidatos y candidatas corrigiendo los obstáculos que les impiden acceder en condiciones de igualdad a determinadas plazas». Fuentes de la conselleria, avanzan que una de las propuestas es convocar becas para estudiantes con expedientes brillantes que quieren trabajar en la Administración de la Generalitat «pero no pueden permitirse pasar dos años preparando oposiciones por razones económicas».