Las hermandades y cofradías de la Semana Santa de Alicante han elegido a Alfredo Llopis Verdú como nuevo presidente de la Junta Mayor. El candidato ganador se impuso por trece votos a once en una reñida lucha a la otra aspirante, además la primera mujer que optaba al cargo, Beatriz Gandulla. El nuevo presidente, de 60 años, lleva 35 participando en la Semana Santa, primero en El Perdón y desde hace 28 años en el Cristo del Mar, que engloba a diversas hermandades de Semana Santa. La mitad de esos años ha sido hermano mayor, aunque realizó también funciones de mayordomo y fue responsable de Patrimonio.

El nuevo presidente para los próximos cuatro años sucede en el cargo a Alberto Payá, que sólo agotó un mandato y decidió no presentarse a la reelección. Payá, quien tuvo sus más y sus menos con el exalcalde Gabriel Echávarri, siempre reclamó más apoyo del Ayuntamiento para un colectivo importante de la ciudad, pues lo forman más de 8.000 personas. Tras proclamarse vencedor, Llopis Verdú recibió numerosas felicitaciones de hermanos mayores y otros cofrades al término de la votación celebrada en la Casa de la Festa. Participaron las 24 hermandades con derecho al voto, de las que 13 optaron por Llopis Verdú y 11 por Gandulla, de 50 años, quien formó parte del equipo de Alberto Payá, el anterior presidente, y pertenece a la hermandad de Jesús del Gran Poder y Nuestra Señora de la Esperanza.

Entre los proyectos de Llopis Verdú, destaca la búsqueda de una solución definitiva para los tronos que se guardan durante el año en precarias condiciones en unas naves de la Fábrica de Tabacos. Su intención es abordar el problema con todas las administraciones para buscar una ubicación digna, pues «en el lugar donde están ahora hay ratas y gatos. No se puede consentir que parte del patrimonio de la Semana Santa esté lleno de orines de gatos y de inmundicia, pues hay pasos labrados y valiosos en esas naves, que cuestan muchos miles de euros y que están allí de cualquier manera», señalaba en una entrevista a este periódico hace unos días.

Aunque lo deje más a largo plazo, el Museo de Semana Santa es otro de sus objetivos. «No puedo prometerlo a las hermandades si no hay una ubicación ni dinero. Hace falta y lucharemos para que Alicante lo tenga, además soy muy guerrero con el patrimonio. Pero otros presidentes anteriores lo intentaron y no quiero prometer una cosa que no puedo cumplir, porque no hay nada que deje entrever que pueda ser realidad de aquí a cuatro años», dijo.

Otro de sus caballos de batalla será tramitar la declaración de Fiesta de Interés Turístico Nacional para la celebración porque «conforme tengamos más argumentos para vender nuestra Semana Santa, más tendremos para vender la ciudad y es algo beneficioso para todos. La promoción es fundamental». Junto a su equipo, trabajará en rediseñar la Carrera Oficial, que ahora está en la Rambla, «y todo lo que se refiere a ella, horarios, ubicación, numero de palcos y venia».

Su idea es involucrar a todas las hermandades en un proyecto común y buscar entendimiento, concordia y hermanamiento. «Para eso somos asociaciones con fines cristianos», señaló. Desde que hace unas semanas se creara la junta electoral de la Semana Santa en la Casa de la Festa, los dos candidatos han mantenido un largo calendario de reuniones con las hermandades en una intensa campaña electoral que ha acabado con un ajustado resultado.