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El «papelón» del negociador

Un curso de la Policía Nacional en la UA desvela las técnicas para mediar en secuestros, retención ilegal, atracos y suicidios

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Simulacro de los TEDAX en la UA

Un exmilitar se atrinchera en su casa con dos puñales y nadie sabe si tiene retenida a su exmujer. Con esta situación le tocó lidiar al inspector jefe del Cuerpo Nacional de Policía y miembro de la Red Nacional de Negociadores Luis Alfonso Bardón, único negociador con el que cuenta la provincia de Alicante. Acostumbrado a trabajar en situaciones límite y tras horas de comunicación logró que depusiera su actitud y en incidente se saldó sin daños personales. «El hombre había apuñalado al novio de su ex y pensaba que iba a ir a la cárcel. Tuve que llamar a la mujer delante de él y disimular diciéndole que las heridas eran leves, cuando ella en realidad me estaba diciendo que estaba ingresado y que si su ex se quería suicidar que lo hiciera», relató Bardón a decenas de alumnos de Derecho y policías nacionales que ayer asistieron a un curso sobre intervención en incidentes críticos en casos de secuestros, atracos y suicidios en la Universidad de Alicante.

De este caso con final feliz se extraen dos máximas del negociador, mantener la tranquilidad en todo momento y buscar la empatía con el sujeto, así como «jugar» con la información de la que dispones.

«Nuestro trabajo no es como se ve en las películas, un negociador debe huir de heroicidades, aquí trabajamos en equipo y es muy importante la labor de los agentes que llegan en un primer momento al lugar y la información que pueden recabar para saber a qué te enfrentas cuando llegas, si se trata de un enfermo mental que no ha tomado su medicación, de una persona al borde del desahucio o de alguien con antecedentes por maltrato familiar», afirmó. La información es básica para saber qué técnicas del protocolo usar en cada momento e incluso a la hora de identificarse o no como policía. «En algunos casos he tenido que decir que soy psicólogo del SAMU o incluso que soy cura en función de si la persona que se está poniendo en peligro a él o a terceras personas es un delincuente reincidente o alguien con fuertes convicciones religiosas», explicó Bardón.

El «abc» del negociador consiste en la escucha activa, utilizar los silencios, no intimidar ni amenazar, obtener información, identificar las emociones, generar empatía y ganar tiempo. Todo ello para llegar al último escalón, modificar la conducta del individuo que pone su vida o la de los demás en peligro. Para ello los 55 negociadores de la Policía que existen en España pasan unas exigentes pruebas de selección y se forman de manera continua, aunque no reciben ninguna retribución extra por su labor. «Para ser negociador no sirve cualquiera, debes ser socialmente frío y emocionalmente cálido, extrovertido, saber mantener los nervios a raya y que no te pueda la presión. Además estamos disponibles las 24 horas los 365 días del año porque somos el último cartucho, a quien llaman cuando no se ha podido solucionar una situación crítica», señaló Bardón. Asimismo, resaltó la importancia de decidir el momento adecuado para una intervención táctica, es decir, para actuar en lugar de hablar e intentar reducir a una persona o evitar que se tire de un puente. «Es estos casos solo tienes una oportunidad», reflexionó.

Una vez que ETA y el Grapo han dejado de actuar los secuestros no son frecuentes en España, pero sí se dan entre narcos o por deudas y también se producen retenciones ilegales en el ámbito familiar o en atracos. También secuestros de españoles en otros países, donde actúan los negociadores de la red nacional. Y se topan con frecuencia con secuestros fingidos para tapar pérdidas de dinero en juego o en prostitutas. Aún así, lo más frecuente son las amenazas de suicidio. Sin embargo, los secuestros virtuales tan «de moda» hace pocos años están casi erradicados gracias a la actuación policial en origen en cárceles chilenas y mexicanas.

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