El inicio de la «Operación bache», que contempla la reparación de unos 300 agujeros y socavones con el reasfaltado de un centenar de calles de Alicante, trae de cabeza a vecinos de barrios como San Blas, donde las obras han comenzado, por el ruido que generan y que les impide dormir. Algunos se quejan de que los operarios estén trabajando con maquinaria hasta las cuatro de la madrugada en el entorno de Enrique Cerdán Tato y la calle Ciudad Real, entre otras, una tarea que no deja descansar sobre todo a los que carecen de aire acondicionado, quienes se ven obligados a abrir las ventanas para no asfixiarse en las calurosas noches. «No sé si es normal que este tipo de trabajos se hagan a esas horas pero con las ventanas abiertas no se puede pegar ojo», asegura una de las afectadas.

El plan bache fue presentado el pasado junio por el alcalde de Alicante, Luis Barcala, y el concejal de Infraestructuras y Mantenimiento, Israel Cortés, y consiste en la reparación de más de un centenar de calles en Alicante, dentro de un contrato de más de 500.000 euros anuales. Según explicó entonces el Ayuntamiento alicantino, el objetivo del proyecto es «garantizar una mayor seguridad de los alicantinos que a diario transitan por las calles así como de los conductores». También se avanzó durante la presentación de los trabajos que se realizarían en horario nocturno «para alterar lo mínimo posible el tráfico». La duración global de estas obras, que afectan a calles y vías en mal estado de diversos barrios de Alicante, las playas y las partidas, será de un mes. Según Cortés, cada semana se visitan diferentes barrios de la ciudad para detectar las zonas pendientes de bacheado y asfaltado para adoptar las medias y las soluciones pertinentes.