La solución para el movimiento de graneles en el Puerto de Alicante comienza su cuenta atrás. El Grupo Eiffage, tercera empresa francesa y quinta de Europa en el sector de la construcción, presentó ayer, día en el que se cerraba el plazo, una oferta para construir la nueva terminal de graneles del Puerto con las naves cerradas, tal como establece el pliego de condiciones aprobado por el consejo de administración el pasado febrero. El grupo francés es propietario en España, entre otras, de la constructora ilicitana Los Serranos.

La Autoridad Portuaria tiene previsto abrir las plicas en diez días porque todavía se pueden haber presentado más ofertas en otras sedes de la Administración en España pero, de momento, el presidente del Puerto, Juan Antonio Gisbert, ya tiene una oferta sobre la mesa y nada despreciable, aunque no se han dado a conocer los detalles hasta la apertura de plicas.

El Consell ha constatado en los últimos meses una mejora en la gestión del tratamiento de los graneles en el Puerto, lo que le llevó en abril a renovar el permiso para mover cemento y clíncker hasta que lleguen la naves cerradas, que deben ser como las del puerto de Santander, según exigen el Consell y las Cortes, donde a mediados del año pasado se aprobó una resolución exigiendo que los graneles dejaran de moverse al aire libre.

La Conselleria de Agricultura y Medio Ambiente firmó la nueva resolución autorizando el movimiento de graneles el pasado 25 de abril al entender que se han adoptado las medidas de prevención exigidas. La Policía Autonómica tiene orden de vigilar si se cumplen la medidas preventivas y el uso de la tolva ecológica. Los vecinos afectados aseguran, sin embargo, que siguen sin taparse con lonas las montañas de material que se depositan en los muelles hasta su embarque.

Medio Ambiente abrió en noviembre de 2017 un segundo expediente sancionador -por tres delitos calificados como graves que se acompañaron de una multa de 70.000 euros- al Puerto de Alicante por haber seguido incumpliendo las medidas correctoras que le exigió la Dirección General de Cambio Climático y Calidad Ambiental para darle la autorización ambiental del movimiento de graneles en los muelles 13, 15 y 17 del Puerto. El momento más crítico llegó el pasado enero cuando el Consell llegó a parar la operativa que respaldó en un auto el Tribunal Superior de Justicia de la Comunidad Valenciana.

El Puerto comenzó a reconducir la situación y el 20 de febrero presentó un nuevo plan de medidas y el compromiso de construir las naves cerradas, que irán en una terminal específica siempre que la Autoridad Portuaria encuentre inversores privados. De momento se desconoce si habrá oferta de las tres empresas que trabajan los graneles y de Cemex, la multinacional que gestiona la cementera de San Vicente que utiliza el Puerto para sus exportaciones. En el pliego de condiciones se establece que la empresa que se adjudique la construcción de las naves también explotará el movimiento del granel.

El presidente del Puerto, Juan Antonio Gisbert, ha dejado claro desde el primer día que habrá naves si la empresa privada responde. Si no es así, y al final de año el tema no está resuelto, será complicado que siga moviéndose granel en el Puerto, una actividad que representa la mitad de su tráfico y mantiene cientos de empleos.

Medio Ambiente exige, mientras se construyen las naves cerradas, que haya lonas para cubrir el material que se almacena en los muelles, que se moje, que los acopios no superen en altura las pantallas cortavientos y que los camiones no abandonen los muelles sin una limpieza previa de las ruedas y los bajos para evitar que las partículas entren en la ciudad.

Una importante empresa

El grupo Eiffage tiene un reconocido prestigio, tanto en Francia como a nivel mundial, por su variedad de competencias y especialidades técnicas. Principalmente, ejerce su actividad en cuatro líneas de negocios: construcción, concesiones, infraestructuras y energía. Cuenta con más de 64.000 trabajadores y tiene una facturación superior a 14.000 millones de euros. La constructora ilicitana Los Serranos pertenece al grupo.

En estos momentos, Eiffage desarrolla proyectos de envergadura como constructor-concesionario, mediante operaciones como el Viaducto de Millau (Francia), la autopista Norscut (Portugal) y la línea de alta velocidad Perpiñán-Figueras que une España con Francia, constituida a partes iguales entre ACS Dragados y Eiffage. Eiffage Infraestructuras cerró su último ejercicio económico con un volumen de negocio de 158,8 millones de euros. Por actividades, la obra civil representó un 43%.