Posturas contrapuestas. Es lo que ha despertado entre las federaciones alicantinas de padres de alumnos la derogación de algunos artículos de la Lomce anunciada ayer por la ministra de Educación, Isabel Celaá, como el que afecta a la asignatura de Religión, que dejará de tener efectos académicos, es decir, de contar para la nota media. Actualmente es optativa. Los padres de la enseñanza concertada se oponen frontalmente, mientras que los representantes de la pública aplauden la decisión del PSOE.

La ministra hizo este anuncio en su primera comparecencia en la Comisión de Educación del Congreso, donde desveló que revertirá el decreto de racionalización del gasto público en educación, que provocó recortes en las aulas, y derogará algunos artículos de la Lomce, como el de trayectorias curriculares, y reducirán las ratios de alumnos por docente y la carga de horario lectivo de los profesores.

Celaá dijo que la Religión dejará de tener efectos académicos y de tener una asignatura alternativa. Sin embargo, será obligatoria una asignatura de valores cívicos y éticos, centrada en los derechos humanos y virtudes cívico-democráticas, como fija la Declaración de París de 2015. El anuncio de la ministra supone «abrir un nuevo conflicto, mayor que el que se creó en la época de Zapatero con Educación para la Ciudadanía», aseguró ayer Julia Llopis, presidenta de la Federación de Centros Concertados, Escuela y Familia, y de la confederación autonómica (Concapa).

«La asignatura de religión católica que hoy en día se imparte en España no es de minorías. En los datos estadísticos se ve. Es de las optativas donde más elección de las familias se está dando, en torno al 80%. Una vez más se vulnera el derecho de las familias a poder elegir». Llopis quiso incidir en que la Religión es historia y valores, y no solo cristianos, «hay de otras religiones que también se están dando. Es cultura y riqueza para cualquier alumno. Pensar que dar Religión es rezar el Credo o el Padrenuestro es estar muy equivocado, no es así hoy en día».

«Nos preocupa que empiecen a tocar la Lomce sin estar consensuada. El PSOE está hipotecado por otros partidos que le influyen en la toma de decisiones y se van a equivocar». Desde Concapa consideran que el Gobierno de Sánchez no tendrá tiempo de hacer estos cambios pues el acuerdo sobre la Religión se tiene que hablar con la Santa Sede, «es algo que no pueden saltarse a la torera. Antes de anunciar las cosas deben sentarse a hablarlo con las personas correspondientes. Y tampoco pueden hacerlo porque no tienen la mayoría en el Congreso. Se quedará en agua de borrajas pero es triste que los alumnos estén al vaivén de los partidos políticos».

Radicalmente opuesta es la opinión de las federaciones públicas. Ramón López, presidente de la Federación de APAs Gabriel Miró, dijo que «cualquier religión, con todos los respetos para ellas, debe estar fuera de las escuelas, y más en un Estado como el nuestro, aconfesional. Hay otros espacios donde se puede practicar la religión. Es una medida que nos parece oportuna». Sobre la asignatura de valores cívicos y éticos anunciada por la ministra, afirmó que «habrá que ver cómo queda». Les parecerá bien «siempre que huya del adoctrinamiento. No queremos el religioso pero tampoco el político sino una asignatura en la que el alumno tenga sobre la mesa actuaciones y actividades relacionados con el Estado aconfesional y democrático. Habrá que ver qué currículum tiene la asignatura».

Txomin Angós, de la Federación de Asociaciones de Madres y Padres de Alumnos Enric Valor, y presidente de la Confederación Gonzalo Anaya, también pública, considera un gran acierto la decisión del Gobierno. «Hay suficientes iglesias, mezquitas y templos para que cada cual pueda rezar a quien quiera, aunque sea al sol, lo mismo que puede hacerlo en su casa. Pero no es la escuela. Pertenece al ámbito privado, entra en conflicto con otro tipo de creencias, y no lo controlan las familias. Bastante tenemos con las importantes cantidades de dinero con que sufragamos a las religiones». Angós considera que razón y religión van por diferentes caminos pues ésta «nada tiene que ver con la ciencia».