Al menos trece gatos han desaparecido en las últimas dos semanas en la zona de la Condomina ante la preocupación de los vecinos que sospechan que puedan estar siendo envenenados y posteriormente tirados a la basura, puesto que no han encontrado ningún cuerpo en las inmediaciones ni signos de atropello.

El responsable de la comunidad vecinal, Francisco Huesca, afirma que solo él ha perdido cinco felinos que tenía «adoptados» en casa. «Son animales que entran y salen pero que siempre vuelven para comer y no lo han hecho», explica. «Lo mismo ha ocurrido con las mascotas de al menos otros tres vecinos que yo sepa y que tampoco han vuelto a ver a los animales», denuncia.

A estos ejemplares que acudían a las casas de la zona hay que sumar otros que vivían en una colonia felina ubicada en un descampado cercano, a la que Huesca tenía «controlada» y a la que muchos vecinos se acercan para poner comida y agua.

A todo ello se suma que la única «prueba» que han encontrado ha sido el collar de un gato tirado en la acera que «lógicamente no se ha podido quitar solo», dice Huesca.

Las desapariciones se concentran en la avenida de Ansaldo, por lo que un grupo de residentes han colocado carteles en las farolas en los que informan sobre el fenómeno y recuerdan que «cualquier maltrato animal está penado» por la ley. «No podemos acusar a nadie en concreto por lo que no hemos podido poner una denuncia ante las autoridades pero queremos que se sepa que estamos vigilantes», apunta el presidente de la asociación.

No obstante, una asociación animalista del Cabo de las Huertas al conocer la situación se ha puesto en contacto con la Condomina para mantener una reunión y valorar acudir al Ayuntamiento para que se tomen medidas ya que no es la primera vez que se registran envenenamientos de gatos y perros en la ciudad. De forma paralela, desde la asociación de la Condomina están recogiendo firmas contra el maltrato animal.

«Si no te gustan los animales mantente alejado de ellos pero no les hagas daño», recomienda Huesca. «La gente está enfadada y dolida con esta situación porque son gatos a los que cuidamos un poco entre todos, así que si alguien los está envenenando o se los está llevando le pedimos que pare», declara Huesca.