Más de 15 meses después de clausurarse por la aparición de grietas y filtraciones en el túnel de Brotons de la circunvalación de peaje de Alicante, en sentido València, el vial ha visto por fin la luz y ha recuperado la normalidad.

El Ministerio de Fomento reabrió el pasado miércoles este conducto ubicado en el término de San Vicente del Raspeig tras unas obras de refuerzo que se habían mantenido bajo un enorme secretismo. Y es que no ha sido hasta ahora, después de que esta infraestructura haya pasado a manos del Ministerio tras su rescate, cuando se han dado detalles de las obras que se han estado realizado desde el pasado mes de diciembre. Ciralsa, la anterior concesionaria de la AP-7, había mantenido un total secretismo sobre este tema, e incluso se llegó a restarle importancia asegurando el verano pasado a este medio que el cierre se debía a labores de mantenimiento. Una obra casi fantasma de la que únicamente había aportado alguna información Fomento a través de la Subdelegación de Gobierno.

Tal y como ha venido informando este medio, en el conducto en sentido València, que se trata de un falso túnel excavado a cielo abierto y posteriormente rellenado de 450 metros de longitud, se detectaron en marzo de 2017 fisuras en algunas dovelas de la bóveda tras un episodio de fuertes precipitaciones, lo que obligó a cerrarlo y desviar el tráfico por el otro paso subterráneo, de dos carriles, por lo que uno era para el sentido Murcia y el otro para València, reduciendo la velocidad a 60 km/h sin posibilidad de adelantamiento, y haciendo la circulación más lenta, pese al escaso tráfico que soporta la AP-7.

Los trabajos realizados, de los que ahora sí que ha dado cuenta Fomento tras asumir la circunvalación de peaje, han consistido en un refuerzo estructural con paneles metálicos recubiertos por una capa de hormigón armado y protegidas por una chapa con un espesor de dos milímetros y con una protección contra el fuego de hormigón proyectado con un espesor de unos tres centímetros. Así mismo, se ha realizado una consolidación, impermeabilización y mejora del drenaje del relleno en la parte superior del túnel.

El corte de tráfico afectó al tramo entre los kilómetros 687 y 690, ya que por motivos de seguridad vial y de las distancias que se establecen para el desvío del tráfico, el corte en dirección València arrancaba ya en el túnel de San Antón, el otro que existe en San Vicente y que en este caso sí que es un túnel excavado en la roca, donde sólo había ya un carril operativo.