Información

Información

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Un coloso a medio gas

La mayoría de las estancias del Castillo de Santa Bárbara permanecen cerradas al público

Un coloso a medio gas Áxel álvarez

«El Castillo de Santa Bárbara es una visita imprescindible en Alicante, las vistas son impresionantes, sin embargo el sitio está bastante desaprovechado. No hay paneles informativos o muy pocos pero tremendamente enrevesados y no se entienden los diferentes periodos de construcción ni para qué servía el castillo: prisión en la Guerra Civil, fuerte, atrincheramiento de soldados... Una pena museográficamente, tener todo un castillo como un simple mirador». La opinión que recientemente dejó un turista en un conocido portal de viajes resume la situación en la que se encuentra el Castillo de Santa Bárbara: un estado de conservación excelente, unas imponentes vistas de 360 grados sobre la ciudad, pero muy poco contenido. Una atracción turística de primer orden, pero desaprovechada.

Salas cerradas

Buena parte de las salas de la fortificación permanecen cerradas al público desde hace meses, como los calabozos o la taberna. Años atrás se emprendió un ambicioso proyecto para convertir el Castillo en sede del Musa, el Museo de Alicante. Algunas de sus salas llegaron a tematizarse, con hallazgos arqueológicos que han ido apareciendo en los diferentes yacimientos de la ciudad, como el Tossal de les Basses. Pero la falta de personal municipal hace que estas salas permanezcan a día de hoy cerradas porque no hay nadie que pueda vigilarlas.

Quienes accedían esta semana al Castillo solo podían visitar el salón de Felipe II; el aljibe, que alberga una exposición temporal sobre arte moderno; una pequeña sala en la que se narra la explosión de la mina del siglo XVII y la denominada sala larga, que alberga la muestra denominada «Historias y personas», en la que se exhiben fotografías antiguas de la ciudad y distintos escudos en piedra.

El hospital, que se habilitó para acoger una muestra permanente sobre la relación de Alicante con el Mediterráneo y la casa del gobernador, en la que había una exposición sobre cerámica y el mundo funerario, permanecen cerradas.

El audiovisual que se preparó para ilustrar al público nada más acceder al Castillo sobre la historia de la fortaleza y de la ciudad lleva meses estropeado, igual que la cinta que hablaba de la explosión de la mina. En su lugar, y en una sala vacía, solo queda el anclaje de la pantalla. En la sala contigua, unos paneles muy didácticos hablan de este episodio de la Guerra de Sucesión, pero solo en castellano y valenciano. Tampoco funciona el audiovisual que hablaba de los presos del Castillo y que se proyectaba en los calabozos, hoy cerrados. De las audioguías que en su momento se hicieron para recorrer la fortaleza escuchando una explicación nada se sabe y de hecho el centro de recepción de turistas permanece cerrado. El Ayuntamiento ha abierto recientemente una oficina de información, en la que se reparte un tríptico de la fortaleza y se informa de las dos visitas guiadas que se hacen al día.

En sus inicios, el proyecto del Museo de Alicante incluía además tematizar el aljibe y dotar de contenido las torres de Santa Catalina y Sant Jordi. Fases que se quedaron sin completar.

Mientras, los turistas que acceden por ascensor a la fortaleza se topan con cosas tan chocantes como una vitrina en la que se representa la Explanada y una hoguera con muñecos de Playmobil. Ningún cartel explica el significado de tan insólita escena en medio de una fortaleza medieval. Insólito también es que la cumbre siga estando coronada por las enormes y antiestéticas antenas de telefonía.

La concejala de Cultura, María Dolores Padilla, espera poner pronto una solución a estas carencias que sufre el principal monumento de la ciudad. «Hace falta mucho personal auxiliar que abra y controle esas salas y estamos en vía de solicitarlo. Por otro lado, en estos momentos tenemos tres personas de baja y lo primero que vamos a hacer es cubrirlas». Padilla también señala que los informáticos están trabajando para arreglar los audiovisuales «y confío en que en unos días vuelvan a funcionar». Entre los proyectos para dar vida al Castillo, la edil de Cultura tiene en mente abrir, además de las salas que están montadas y cerradas, otras estancias, como la taberna, «muy adecuada para acoger exposiciones».

Compartir el artículo

stats