La masiva caída de las flores de los hasta 15.000 ejemplares de jacarandas lilas y tipuanas amarillas, plantados en las calles y avenidas de la ciudad, lleva de cabeza a la UTE de limpieza, desde donde subrayan que si los barrenderos tiene que cumplir la ruta, no pueden detenerse a retirar tamaña cantidad de flores que caen a diario a consecuencia del calor.

Las quejas de vecinos en zonas como el entorno de la Escuela Infantil Montessori, con plazas de aparcamiento que acumulan mantos de estas flores lilas, secas ya después de varios días sin recoger, llevaron ayer al concejal del área, Israel Cortés, a subrayar que en estos momentos de masiva caída de las flores es responsabilidad de la empresa adjudicataria «detectar y actuar sobre el terreno en las zonas más afectadas.»

Cortés añade que más a medio y largo plazo quiere plantear la sustitución de estos árboles tras consultar a los vecinos. «Es algo que tengo entre ceja y ceja, trasplantarlos quizá a zonas ajardinadas donde el manto de flores no de sensación de suciedad sino todo lo contrario, pero hay que valorarlo».

En las avenidas Catedrático Soler o Xavier Soler también se acumulan en montones las flores amarillas de las tipuanas que caen coincidiendo con el fin de la primavera y el inicio del verano. «Y cuando el problema es el pulgón, hay que tirar de maquinas limpiadoras que generan un gasto extra que ponen al límite a esta concejalía», subraya el edil.

De ahí que el Ayuntamiento esté barajando la posibilidad de «ordenar su poda en invierno, como hacen en Madrid, aunque técnicos de Medio Ambiente no están de acuerdo. La decisión sobre estos árboles acabará siendo política, aunque de momento es responsabilidad de la empresa de limpieza» concluye Cortés.