El envío regular de agua desde la cabecera del Tajo -los embalses de Entrepeñas y Buendía, donde arranca el trasvase, almacenan esta semana más de 700 hm³-, y las lluvias que han permitido elevar la reserva de agua en España a los 40.846 hm³ (73% de la capacidad total) de los que 359 hm³ están en la cuenca del Segura, han provocado que en estos momentos el agua que se produce en la planta de Torrevieja (más cara y de peor calidad que la del trasvase), se haya quedado prácticamente sin compradores. La Mancomunidad de Canales del Taibilla ha aplazado la compra de caudales (0,60 euro/m³) para así no tener que repercutir la subida a los ayuntamientos y porque le basta con la del Tajo y la de sus propias desaladoras (Alicante y San Pedro del Pinatar) y los regantes del Tajo-Segura tampoco la necesitan con tanta urgencia como hace tres meses, cuando la situación era agónica.

Conclusión: la planta produce 100.000 m³ de agua al día (60.000 euros de coste), que se está almacenando en el embalse oriolano de La Pedrera, infraestructura en la que se dispara la evaporación durante el verano. El problema añadido, según denuncia José Andújar, presidente de la Federación Valenciana de Comunidades de Regantes, es que siguen sin establecerse las concesiones para el reparto del agua desalada que, además, «ha superado en los últimos meses varias veces el contenido máximo permitido de boro, lo que obligó parar puntualmente la producción a instancias de la Confederación Hidrográfica del Segura», revela José Andújar.

La salida del Ministerio de Agricultura de la ya extitular, Isabel García-Tejerina, ha dejado, por otro lado, compuestos y, de momento, sin interlocutor a los regantes españoles en general y, en concreto, a los agricultores alicantinos con intereses en el Tajo-Segura, que han visto como las reivindicaciones acordadas con la exministra en el congreso nacional celebrado en Torrevieja el pasado mayo se han quedado en «barbecho».

En concreto y según apunta José Andújar, presidente de la Federación Valenciana de Comunidades de Regantes de la Comunidad y vicepresidente de acueducto Tajo-Segura, los agricultores reclaman a la nueva ministra, Teresa Ribera, las infraestructuras para almacenar agua pactadas con su predecesora, algo que ayudaría a prevenir el cambio climático y aprovechar los caudales extraordinarios de las lluvias torrenciales.

Por otro lado, que el embalse de la Pedrera tiene dejar de ser, según Andújar, el depósito del agua desalada en Torrevieja. Los regantes advierten, además, de que el embalse carece de conexión con el resto de los regadíos, tanto de la provincia de Alicante y Murcia, ya que se diseñó tan sólo para regular el agua que llegara del trasvase del Tajo. Las lluvias siguen aumentando las reservas en Entrepeñas y Buendia, que esta semana almacenan 703 hm³, lo que abre la puerta a mantener el trasvase también en julio, ya que la línea roja en julio está en los 688 hm³.

José Andújar denuncia, en este sentido, que «lejos de arreglarse la situación se complica a medida que pasan los días. Está claro que la reapertura del Tajo-Segura ha venido muy bien pero en la provincia tenemos un problema que necesita una solución urgente. Todo el agua que se está desalando en Torrevieja se almacena en el embalse de La Pedrera donde también llega el agua del trasvase. Como el caudal desalinizado tiene mucho boro afecta al agua que llega del Tajo y con gran calidad. Es necesario, por tanto, y así se quedó cerrado en el congreso de Torrevieja, que la planta se conecte con el embalse de Ojós para descargar la Pedrera».

Andújar, apuntó, por otro lado, que «la apertura del Tajo-Segura ha dado pie a que la Mancomunidad de Canales del Taibilla necesite menos agua desalada que, además, es más cara, por lo que se da la paradoja que ahora tenemos que se los agricultores paguemos el precio de los abastecimientos».