La flotilla que transporta a València a los 630 migrantes subsaharianos y megarebíes rescatados frente a las costas de Libia el pasado fin de semana y que Italia y Malta se han negado a dar refugio, viaja literalmente contra viento y marea. Los tres barcos se adentraban en la tarde noche de ayer en el Estrecho de Cerdeña en condiciones nada favorables para la navegación. La previsión del estado de la mar para esta zona que ofrece el Servizio Meteorologico dell´Aeronautica Militare italiano es de fuerte marejada (Ma-re molto mosso). El barco de rescate Aquarius de la ONG de SOS Mediterranée, el patrullero de altura Orione de la Marina Militare y el patrullero de Luigi Dattilo de la Guardia Costiera, se enfrentarán «a olas de hasta cuatro metros de altura y vientos en contra de más de 35 nudos (65 km/h)», según el personal de Médicos sin Fronteras (MSF) a bordo del Aquarius.

Además, el Servizio Meterologico prevé «precipitaciones intensas con carácter de temporal en Cerdeña». La previsión para hoy de la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) española para esta zona del Mediterráneo es similar a la que hace su homóloga italiana. «Fuerte marejada a gruesa, con algún aguacero o tormenta hasta la tarde». Las boyas de alta mar en el Estrecho de Cerdeña prevén para esta madrugada olas de hasta tres metros y vientos en contra de la marcha de la flotilla superiores a los 48 km/h.

Contra viento y marea

MSF ha alertado de que «la llegada al puerto de València dependerá de unas condiciones climatológicas que van a empeorar», lo que ralentizará la llegada al cap i casal, prevista inicialmente para el sábado, por la noche, casi en la madrugada del domingo. Ante la adversa situación meteorológica, esta ONG reclamaba anoche, de nuevo, «un puerto seguro más cercano» que València. «Tenemos medicamentos para tratar mareos y vómitos pero aun así el viaje tan largo en estas condiciones es difícil e innecesario. Podemos tener puerto seguro más cerca. Sería lo mejor», subrayó David Beversluis, médico del «Aquarius».

En principio, se espera que los barcos arriben en la noche del sábado o quizás incluso algo más tarde, ya que el desplazamiento está siendo más lento de lo esperado porque el Aquarius es un buque menos potente que los otros -fue un pesquero y ahora es una embarcación de rescate-, por lo que su velocidad de crucero es bastante inferior. Anoche el Dattilo y el Aquarius iban a 8,5 nudos (casi 16 km/h), cuando el patrullero puede hacerlo a 13 nudos (24 km/h), y el Orione a 17 (31,5 km/h).

Concierto y puente bajado

La velocidad se antoja fundamental a la hora de diseñar la operación de ayuda, ya que marcará la llegada. De momento, la flotilla ya no atracará en la Marina, como pretendía la vicepresidenta del Consell, Mónica Oltra, sino en el muelle de cruceros. Se trata de un cambio estratégico que viene dado por dos razones: la Marina queda inhabilitada porque el sábado por la noche se celebra un concierto con 17.000 personas en el puerto -de Fito & Fitipaldis-, por lo que el puente del circuito de la Fórmula 1 estará bajado, lo que impide el acceso de cualquier embarcación al canal, y porque el muelle de Balearia cuenta con un espacio que garantiza el desembarco y la primera atención a los náufragos en «mejores condiciones de seguridad».

Esa es una de las conclusiones de la reunión técnica mantenida ayer en la Delegación del Gobierno con todos los operadores implicados en esa primera acogida y asistencia a los migrantes, la mayoría de los cuales proceden de tres países en conflicto: Nigeria (117 personas), Sudán, Eritrea y Argelia. El resto incluye personas de hasta otras 22 nacionalidades diferentes.

Permiso de residencia para 15 días

Dando cumplimiento al deseo del Gobierno de otorgar la condición de refugiado a todos los rescatados, como caso excepcional por las circunstancias de emergencia humanitaria, el comisario general de Extranjería, siguiendo órdenes del ministro del Interior, Fernando Grande Marlaska, ha firmado un permiso temporal extraordinario de residencia de 15 días para cada uno de los migrantes, a cada uno de los cuales se entregará, además, una solicitud de asilo para iniciar los trámites que los conviertan en refugiados y, por tanto, en ciudadanos de pleno derecho. No obstante, se estudiará cada solicitud de manera individualizada. El operativo dispuesto, adelantado ayer por este diario, fija que agentes del Servicio Marítimo de la Guardia Civil y funcionarios de Sanidad Exterior suban a bordo del Aquarius cuando entre en aguas españolas para revisar el estado de los migrantes. A los otros dos buques no se considera necesario acceder porque los migrantes que viajan en ellos están ya en suelo europeo al tratarse de barcos italianos.

Una vez en el puerto, los que precisen atención médica urgente serán enviados a hospitales y el resto será atendido por voluntarios de la Cruz Roja, ONG que tiene firmado el convenio con Interior para cubrir la asistencia a inmigracintes irregulares que llegan por mar.