n La presentación del informe sobre el impacto económico de la EUIPO en la provincia de Alicante se convirtió ayer en el último acto público oficial de António Campinos como director ejecutivo de la oficina europea. Campinos estuvo arropado por el presidente de la Generalitat, Ximo Puig; el presidente de la Cámara de Comercio, Juan Riera; y, entre otros, los concejales del Ayuntamiento de Alicante, Eva Montesinos (PSOE) y Natxo Bellido (Compromís), además de la presidenta del PP en la Comunidad Valenciana, Isabel Bonig, y el presidente provincial del PP, José Císcar. Comentada fue la ausencia del actual alcalde de Alicante, Luis Barcala (PP), pese a haber recibido la invitación oficial. Fuentes del gabinete del primer edil justificaron la falta del primer edil alicantino en el acto por problemas de agenda. El desplante a Campinos, pese a que todo el mundo intentó disimular, no sentó bien en el seno de la EUIPO. Oficina a la que, según lo visto ayer, parece que le cuesta arrancar con los alcaldes alicantinos, pues Barcala no hizo otra cosa que seguir la hoja de ruta de su predecesor en la Alcaldía, el socialista Gabriel Echávarri, quien en sus primeros meses como alcalde no acudió en dos ocasiones a los actos organizados por la EUIPO. Fuentes populares indicaron que Barcala prefiere coincidir lo mínimo posible con Bonig y con Císcar.

No sólo no acudió el alcalde, que había participado junto al jefe del Consell, Ximo Puig (PSOE), y el presidente de AVE, Vicente Boluda, en un reunión sobre el Corredor Mediterráneo. Barcala no envío a nadie para que le representara y eso que en su «minigobierno» municipal cuenta con Carlos Castillo, diputado provincial y concejal de Hacienda «que no se pierde una», como comentaba ayer uno de los invitados a la presentación que suele coincidir con Castillo en muchos actos. Entre las ausencias populares también se echó en falta a César Sánchez, presidente de la Diputación.