?Representantes de los distintos gremios del Mercado Central dan la cara para exponer una situación que entienden se está yendo de las manos. Entre ellos está la panadera Mari Carmen Fenoll, quien se confiesa harta de que «me tiren cerveza y me estropeen el género. También me vacilan con el precio». Coinciden los seis placeros en que los sábados, que era una día fuerte de compra, el Mercado empieza a vaciarse de clientes a mediodía, «y hay más gente en los pasillos bebiendo que comprando en horario comercial».