«Nuestras palmeras ya no son vuestras palmeras». Bajo este principio, un grupo de alumnos de 1° de Bachillerato del colegio El Valle ha desarrollado una investigación científica cuyo ambicioso objetivo es eliminar el picudo rojo que tantos destrozos está causando en las palmeras. El proyecto «Picu2 Erradica2» obtuvo el Premio a la Implicación con la Comunidad en el certamen UNI2 convocado por la Universidad CEU Cardenal Herrera, pero las consecuencias del trabajo pueden ir más allá si una empresa de fertilizantes decide desarrollar el descubrimiento sobre el terreno.

Este trabajo de la asignatura de Cultura Científica, Tecnología de la Información y Comunicación, y Biología comenzó cuando un profesor animó a los estudiantes a hacer un trabajo sobre el picudo rojo «ya que esta enfermedad afecta mucho a árboles tan alicantinos como las palmeras y es un problema que hoy en día está en la boca de todo el mundo», explica el alumno de 1º de Bachillerato, Sergio Romero. A partir de ahí, el primer paso fue contactar con la empresa Lokímica, que acababa de hacer una cirugía una palmera y les facilitó larvas de picudo.

Según comenta otra alumna, Alicia Pérez, «el objetivo era que el bicho, al comer la savia de la palmera, éste se precipitarse en el estómago y lo obstruyera al mezclarla con urato de sodio».

Caldo de espinacas

En detalle, el experimento consiste en mezclar el caldo de las espinacas con ácido clorhídrico. Al juntar ambos líquidos se forma una materia sólida que se posa en el tubo digestivo del insecto, lo que sería suficiente para frenar que no pase ningún alimento por allí. El resultado es el mismo que cuando a los humanos se nos producen cálculos renales. En el caso del animal, ese «tapón» va creciendo y provoca la muerte del animal.

Todos los alumnos de la asignatura han participado en el proyecto, cada uno buscando un asunto diferente, como el marco legal, la producción de palmeras y dátiles, qué es el picudo y su origen, cómo llegó a España, el tratamiento de los hongos y nematodos y las clases de insecticidas que existen. Otros han trazado una plano que explica dónde hay que colocar las trampas con las feromonas. Y también se han ocupado de analizar el coste de los tratamientos o de la repercusión en prensa. Hasta han creado un blog con todos los contenidos.

A partir de aquí, Alicia Pérez explica que estudiaron «todos los métodos que actualmente existen para erradicar la plaga. Vimos los riesgos para el aplicador y la forma de poner el tratamiento. Nos dimos cuenta de que la mejor es la endoterapia, que consiste en poner una inyección a la palmera, una vacuna con insecticida con el producto químico. Nuestra idea es sustituir el producto químico por un fertilizante positivo para el medio ambiente», recalca esta alumna.

Por si fuera poco, estos jóvenes científicos del colegio El Valle han impreso un catálogo donde pretenden que «la información llegue al máximo número posible de personas, porque la gente no está realmente bien informada de este problema. Las palmeras privadas no están bien tratadas, como están las públicas. Mientras no estén todas las palmeras tratadas, no se podrá erradicar la plaga».