Alumnnos del colegio público Pedro Duque de Alicante de siete a diez años, en segundo de Primaria y cuarto de la línea en valenciano, han trabajado estos días en el aula sobre la biografía del astronauta que da nombre a su centro, y le han dedicado dibujos en los que le trasladan en una nave espacial desde la NASA al Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidades.

Están deseando que el nuevo ministro les visite en el colegio para conocerle personalmente y decirle las mil y una cosas que se les ocurre que puede conseguir, porque creen que, como «ministro de las ciencias es un mago, un inventor, y yo quiero que me de una poción mágica», sugiere Sofía.

Saúl, a su lado, también ve al ministro poderoso. Quiere que «haga que los inventos lleguen a los pobres». «Si es científico lo puede hacer todo. Que haga más colegios para que salgan más científicos como él», corean a su vez Irina, Fátima y Alejandro.

Ainara le pide «por favor, inventos chulos para que los compren todos los niños». También a ella le gustaría ser ministra de Ciencia y está convencida de que el nuevo cargo ayudará mucho a los niños. «Que vaya a los colegios porque muchas niñas y niños quieren ser científicos», apunta Nayara. «Y que venga al Pedro Duque para conocerle. Ojalá viniera», insisten Giselle y Daniel.

Espejo

El director, César Francés está en ello para cumplir el deseo de sus alumnos. «Hay un clamor general en el centro para que venga e inaugure el centro como tal en las nuevas instalaciones».

Lo va a exponer ante el Consejo Escolar para solicitarlo formalmente, y que vuelva como ministro al colegio que adoptó su nombre como astronauta en septiembre de 2006. «Para el centro es un honor que se le haya nombrado ministro, y de cara al alumnado le consideramos un espejo en el que mirarse, por sus logros personales y el carácter tan sencillo y cercano que mostró cuando nos visitó una vez que se autorizó el cambio de nombre al centro».

El inicial Juan XXIII, con apenas un centenar de alumnos, ha pasado a ser el segundo de la ciudad con más alumnos, cerca de 700 ya bajo el nombre de Pedro Duque tras el boom que experimentó el barrio de Gran Vía-Garbinet. «Los proyectos de innovación, tecnología y arte que llevamos a cabo en las aulas avalan el nombre que tiene el colegio», precisa el director.

Ascensión Hernández, profesora de Primaria y coordinadora de Igualdad y Covivencia, apunta por su parte que tomar el nombre de Pedro Duque fue «un motivo de orgullo, también para las familias», y confía en que con el nuevo ministro lleguen «más becas» y se avance en Ciencia.

«Esperamos que el ministro Pedro sea bueno con los diputados y que sea equilibrado». Es Leo, el autor del dibujo más grande. «Es trabajador y sabe muchas cosas, por eso será un buen ministro», añade Pau. «Se lo merece. Es muy inteligente, y ha estado en un colegio público como el nuestro» apuntan con orgullo.

Jorge resalta que «lo tiene todo. Podría hacer que la Ciencia vuelva a reinar y que pasemos de las tabletas y la tecnología a las mezclas de biocarbonato».

A sus nueve y diez años están convencidos de que Pedro Duque va a «mejorar la educación», como aseguran Iker y Calil. «Estoy cien por cien segura de que lo hará porque es muy inteligente, ha conseguido muchas cosas que quería hacer», afirma Yanira.

Varios de ellos afirman que quieren ser científicos, como Julia, aunque no tiene muy claro por qué. De momento el laboratorio donde trabaja su primo le gusta mucho. «Y descubrir cosas es muy interesante», añade Kenia, que concluye advirtiendo que ser político también puede ser «peligroso, por si no gustas a todos».