Para adaptar la ciudad de Alicante al nuevo contexto que exige el cambio climático, será necesario construir a medio y largo plazo nuevos parques inundables y depósitos antirriadas, como subraya el director del Laboratorio de Climatología de la Universidad de Alicante, Jorge Olcina, que ha coordinado un informe de la UA sobre las actuaciones ejemplificantes que hasta el momento se han llevado a cabo «con éxito» para hacer frente a las lluvias torrenciales propias del área mediterránea.

Áreas verdes inundables como el Parque La Marjal harán falta en otros puntos de la ciudad como Rabasa o Agua Amarga a la altura de la EUIPO, según constata el catedrático de Análisis Geográfico Regional y presidente de la Asociación de Geógrafos de España.

De la misma forma, apunta a nuevos depósitos pluviales antiinundaciones «un poco más arriba del barranco de la Albufereta», así como en la zona de Miriam Blasco y en la de la avenida de Elche también.

«El próximo Plan General Urbano de Alicante tendrá que plantearse, tarde o temprano, estas nuevas infraestructuras», sostiene este experto en el análisis del territorio para hacerlo más sostenible.

Entre los efectos que ya se evidencian por el cambio climático, Olcina concreta que las grandes riadas de más de 100 litros están dando paso a tormentas puntuales e intensas de entre 50 y 60 litros frente a las que se hacen necesarios nuevos depósitos pluviales que acaben solucionando el endémico problema, por ejemplo, de la playa de la Albufereta. «Un nuevo depósito podría reducir ese volumen de aguas que acaba llevándose la arena de la playa una y otra vez», admite.

La sostenibilidad del territorio que hasta el momento parecía reducirse a un eslogan es ya «un camino sin retorno», en palabras del catedrático, circunstancia que obliga a transformar las ciudades, algo en lo que la de Alicante se ha convertido en «ejemplo a seguir» en toda Europa, porque aquí «hemos ido aprendiendo a golpe de episodios de inundaciones. Ahora hay que ponerse las pilas para avanzar», puntualizó.

Para Olcina las actuaciones y visión de futuro de la compañía Aguas de Alicante con el Parque La Marjal, o el depósito anticontaminación José Manuel Obrero en San Gabriel, entre otras infraestructuras, han situado a la ciudad en la vanguardia de cara a la sostenibilidad futura de los territorios. «El panorama aquí habría sido muy distinto si esta compañía», afirmó.

Preocupación

Por parte de la compañía de aguas, Francisco Bartual subrayó que áreas como la de la Albufereta «preocupan mucho porque es muy difícil atajar el barranco», por lo que Aguas de Alicante se plantea «analizar cómo replanificar esta salida de agua al mar».

Sugiere asimismo un depósito que intercepte el agua antes de que llegue a la playa, o la mejora de la estación de bombeo, al tiempo que recuerda que la compañía lleva más de una década trabajando con la mirada puesta en el cambio climático porque «si no somos previsores, el futuro nos dará de lleno», indicó.

Por su parte Asunción Martínez, de la Fundación Aquae, puntualizó la necesidad de lograr la autosuficiencia de las ciudades en cuanto a sus necesidades de agua. «Hay que convertir las plantas de depuración en máquinas para la reutilización de los recursos hídricos», la denominada «economía circular».