La primavera más anómala desde el año 1984 desde el punto de vista meteorológico, con una gran inestabilidad que se ha traducido en nevadas durante las primeras semanas de la estación e intensas tormentas, más recientemente ha provocado que la inestabilidad atmosférica se prolongue hasta bien entrado el mes de junio, en el que pueden alternarse jornadas de calor veraniego con tormentas como las de la madrugada del domingo o las que se anuncian para mañana miércoles y el jueves. La causa, según recordó Jorge Olcina, es el calentamiento súbito del casquete polar registrado el pasado febrero. Se produjo por la presencia de una lengua de aire caliente sobre el Polo Norte que hizo derivar aire frío al sur, un fenómeno singular que ha propiciado las precipitaciones durante dos o tres meses, periodo necesario hasta que la atmósfera vuelve a la normalidad, lo cual prevé que pueda producirse alrededor del 15 de junio.

En los meses de mayo se registran ya olas de aire cálidas procedentes del Sahara, algo que este año no ha ocurrido y tampoco va a pasar antes de que transcurra la actual inestabilidad, en los próximos diez días. Julio tampoco se presenta con tiempo bueno al cien por cien, agosto sí y el verano se prolongará a noviembre.