n Tanto la defensa del exalcalde, Luis Díaz Alperi, como la de Javier Palacio se han remitido en sus informes al precedente del caso Bono en el Tribunal Supremo, donde fue archivada una querella por cohecho contra él cuando era presidente del Congreso. La propia Fiscalía pidió el sobreseimiento porque el hecho de que una inmobiliaria le pagara la decoración de la habitación de su hija en un municipio de Toledo. Para los magistrados, el origen de la supuesta dádiva tenía su origen en la «relación de amistad» que une a Bono con el accionista mayoritario de Royal Urbis, Rafael Santamaría.

Sobre el regalo de la decoración, el Supremo señaló en su día que «la relación de amistad entre los citados y la condición especia que se da entre familiares de los mismos es explicación coherente y plausible del gasto llevado a cabo en el inmueble del querellado».

En el caso del amarre del catamarán, las defensas tanto de Alperi como de Palacio incidieron en que se trató de una atención en función de la amistad que les unía a ellos y a sus familias desde hacía años. El abogado Francisco Ruiz Marco subrayó que Palacio no era sólo amigo de la familia de Alperi, sino también de la de Solana, el otro propietario de la embarcación.