n Con dos sillas vacías se desarrolló ayer el pleno ordinario del mes de mayo, el segundo con el popular Luis Barcala como alcalde de Alicante. A la ausencia prevista del ya exconcejal Víctor Domínguez, que registró el pasado lunes el escrito de dimisión en la Secretaría de Pleno, se sumó la inesperada de la tránsfuga Nerea Belmonte, que fue protagonista de la anterior sesión -la del 26 de abril- al asegurar que desde la izquierda se intentó comprar su voto a favor de la investidura de la socialista Eva Montesinos a cambio de un sueldo de 3.500 euros y un puesto en las listas electorales. Esas palabras están ya en Fiscalía, que a su vez citó la pasada semana a Nerea Belmonte para que aclarase sus acusaciones. La ex de Guanyar, que fue expulsada a principios de 2016 por adjudicar contratos menores a una empresa de su entorno, acudió a la cita junto a su amiga y asesora personal, Elsa Martínez, quien también la acompañó durante las negociaciones públicas con el PSOE previas a un pleno de investidura que acabó con Barcala como alcalde. Sin embargo, Belmonte ayer no se dejó ver por el pleno municipal, dejando su silla vacía las casi siete horas que se prolongó la sesión. Desde su entorno aseguraron que la tránsfuga no acudió por cuestiones personales, por encontrarse con su familia y terminando el trabajo final de máster. Sin embargo, en el pleno se habló de que la concejala, que posibilitó con su voto en blanco el regreso del PP a la Alcaldía, se encontraba de viaje. Belmonte, consultada por este diario, no se pronunció sobre su ausencia.