Casi un mes después de cerrarse al público por las continuas averías, los ascensores del Castillo de Santa Bárbara, que conectan la fortaleza con el acceso de la avenida Juan Bautista Lafora (frente al Postiguet), volvieron ayer a estar en marcha. Sin embargo, el problema surgió con la única máquina existente para sacar los tiquets necesarios para montar en los elevadores, que se rompió apenas una hora después de que la instalación abriese sus puertas.

El ordenador de la máquina, tras el pago realizado por un usuario, se bloqueó, lo que llevó al funcionario municipal a resetear el sistema en busca de una solución. Mientras el sistema se iniciaba de nuevo, ya pasadas las 11 de la mañana, una treintena de turistas se agolparon a las puertas de los accesos por ascensor al Castillo de Santa Bárbara. Minutos después, la fórmula de urgencia para volver a poner en marcha la máquina no funcionó. La pantalla pasó a mostrar el mensaje de «fuera de servicio» en cinco idiomas. Así estuvo, al menos, durante tres horas.

Esta situación obligó al funcionario encargado de la entrada de la instalación a «invitar» a los usuarios a que pasaran hacia los ascensores, situados al fondo de un largo pasillo, sin tener que pasar previamente por caja. Es decir, gratis, pese a que el viaje está tasado en general en 2,7 euros.

La puesta en marcha de los ascensores del Castillo de Santa Bárbara, que históricamente acumulan innumerables averías que obligan a cerrar las instalaciones con frecuencia, se produjo a primera hora de ayer, justo dos días antes de que Alicante reciba mañana un nuevo crucero. Hace dos semanas, cuando tres cruceros llegaron a la ciudad con unos 6.000 turistas, los ascensores estaban rotos, lo que llevó al Ayuntamiento a habilitar autobuses-lanzadera para conectar la playa del Postiguet con la fortaleza.

El concejal de Infraestructuras, Israel Cortés, anunció ayer que el Ayuntamiento de Alicante va a contratar a un ingeniero para intentar encontrar el motivo de las averías, que pese a que los ascensores han vuelto a entrar en funcionamiento sigue sin estar claro. «Hemos estado tres semanas con pruebas y no ha dado ningún fallo, pero tampoco hemos detectado por qué se estropea tanto. Vamos a contratar a un ingeniero y contactar con la empresa constructora del ascensor para ver si detectamos el problema», señaló ayer el popular Cortés.