? Uno de los testigos que ayer declaró en el juicio era el usuario de otro amarre similar al que utilizaba Alperi para su catamarán en las instalaciones de Marina Deportiva. El propietario del barco aseguró que el lugar utilizado para nada podía considerarse como un amarre privilegiado, en contra de lo manifestado por la Policía. Según explicó, se lo ofrecieron porque había pedido a los responsables de las instalaciones un sitio más barato porque le parecían demasiado lo que pagaba por el amarre y ya no lo tiene allí. El testigo aseguró que al encontrarse en un sitio de paso de barcos, donde muy frecuentemente van a elevada velocidad, las embarcaciones que están allí amarradas son azotadas por el oleaje y frecuentemente sufren más desperfectos en el casco. Tampoco tenía una toma para luz y agua y debía usar el del vecino. El testigo señaló que sabía que el catamarán Akra 1 era de Luis Díaz Alperi, aunque no llegó a coincidir con él. A quien sí que se encontró en alguna ocasión en el muelle era al otro propietario del catamarán, Antonio Solana. Las acusaciones sostienen que Solana sólo aparecía como titular del barco para ocultar que el verdadero dueño era Luis Díaz Alperi.