Las medusas carabela que se están viendo en la costa de Alicante son restos de las que entraron en marzo a causa de la borrasca Gisele, que provocó la entrada en el mar Mediterráneo de una enorme masa de agua cargada de medusas más propias de las islas de Madeira y de las Azores, en Portugal. El director del Instituto de Ecología Litoral recuerda que la medusa carabela portuguesa tiene una toxina más potente que las especies mediterráneas y una picadura más fuerte, que puede derivar desde la atención con antihistamínicos al ingreso hospitalario, según su extensión, el tamaño del animal marino, y si afecta a niños y ancianos.