«El barco era de los dos, pero yo con quien tenía una relación más fluida era con el señor Alperi». Así explicó el que fuera el patrón del catamarán Akra 1 la propiedad de la embarcación durante la sexta jornada en el juicio por fraude fiscal al exalcalde de Alicante.

Sobre el papel, el barco estaba a nombre de una sociedad (Andrax Business) cuyos socios eran el exprimer edil y su amigo el empresario Antonio Solana que compartían la propiedad. La Fiscalía y la Abogacía del Estado creen que todo era un medio para ocultar que Alperi era el verdadero propietario de la embarcación y de un patrimonio de origen desconocido.

El patrón del catamarán aseguró que salió a navegar en numerosas ocasiones con los dos juntos, en otras con Alperi y dos o tres veces solo con Solana. Al ser interrogado sobre posibles contradicciones acerca de lo que dijo en su día ante la Agencia Tributaria, aseguró que fue allí a un procedimiento rutinario y se encontró con un «interrogatorio increíble» en el que le preguntaban cosas sobre terceras personas que no son de su empresa y por lo que tuvo que presentar una rectificación ante el Tribunal Superior de Justicia (TSJ), órgano judicial que investigó estos hechos por el aforamiento de Díaz Alperi cuando se presentó la denuncia. El patrón del barco fue preguntado también sobre el sistema de facturación y señaló que todo se hacía a nombre de la sociedad Andrax Business por indicación de Alperi.

El testigo negó que el catamarán utilizara los enganches de agua y luz del pantalán en el que estaba atracado. «El barco tenía su propia depuradora con un depósito con capacidad para 2.000 litros que habitualmente se llenaban cuando la embarcación se encontraba en alta mar», explicó.

El motivo de estas preguntas es porque el axcalde está acusado también de un delito de cohecho impropio por no pagar nada por el amarre del catamarán en las instalaciones de Marina Deportiva del puerto alicantino.

Asimismo, el hombre que se encargó de la venta del catamarán a Alperi y Solana aseguró ayer que para las negociaciones trató en todo momento con Antonio Solana y que no conocía al exalcalde de Alicante, aunque estuvo presente en alguna de las reuniones que mantuvieron.

Por su parte, el representante de la mercantil que realizaba el mantenimiento del catamarán declaró que era el patrón del barco quien se lo llevaba a las revisiones y que era Díaz Alperi quien pagaba, aunque no recordaba si lo hacía en metálico o través de cheques bancarios.

Otro de los testigos citados ayer fue el exconcejal socialista y abogado urbanista Javier Gutiérrez para ser preguntado sobre la naturaleza de sus negocios con el exalcalde de Alicante. En un interrogatorio de apenas cinco minutos, Gutiérrez explicó que contrató al exalcalde de Alicante para una «consultoría comercial» en la que Alperi les iba a poner en contacto con unos inversores de Madrid.

«El servicio se prestó pero no dio los resultados esperados y el negocio no cuajó, aunque le abonamos un estipendio por sus gestiones», explicó. Gutiérrez y Alperi están acusados en la causa derivada del caso Brugal por las presuntas irregularidades en la tramitación del plan general de Alicante.

Al exalcalde se le atribuyen tres delitos fiscales por los años 2007, 2008 y 2010, así como un delito de cohecho impropio y por lo que se le reclaman penas que suman 9 años y 9 meses de cárcel.