Hasta la mitad de los pacientes no toma los medicamentos que le receta el médico o lo hace de manera incorrecta. En el caso de los tratamientos para problemas psicológicos, esta cifra se dispara al 75%. Son datos dados a conocer ayer en el VIII Congreso Nacional de Farmacéuticos Comunitarios, que arrancó ayer en el Auditorio de la Diputación de Alicante con la asistencia de más de 1.500 profesionales de toda España.

La falta de cumplimiento de los tratamientos médicos preocupa a los farmacéuticos, para quienes esta situación se ha convertido en un problema de salud pública. «Se estima que cada año mueren en Europa de manera prematura 200.000 personas por este problema, que genera un gasto de 125.000 millones en el continente», señala Rosa Prats, presidenta del comité científico del congreso.

Detrás de un paciente que no toma los medicamentos que le pauta su médico se esconden muchos motivos. «Puede haber problemas personales, económicos, familiares o del propio sistema sanitario». No obstante, los farmacéuticos han detectado un buen número de casos de incumplimiento de la medicación relacionados con las consultas en internet. «Muchos pacientes reconocen que no quieren tomar el medicamento porque han mirado en la red y desconfían por los posibles efectos secundarios». Además de no tomar las medicinas recetadas, se dan casos de pacientes que no toman las cantidades de dosis pautadas por el médico, que toman las medicinas solo cuando se encuentran mal o que pese a tomar las pastillas no cumplen con otras recomendaciones pautadas por el médico, como la dieta o el ejercicio.

En los últimos años, las farmacias están tomando medidas para tratar de disminuir estas cifras con programas, por ejemplo, para revisar la medicación de los pacientes o preparar botiquines individuales con todas las pastillas que debe tomar un enfermo ordenadas por días y por horas. Además, la Sociedad Española de Farmacia Familiar y Comunitaria (Sefac) ha puesto en marcha una guía para detectar a los pacientes que no están cumpliendo con los tratamientos y clasificarlos con base en una serie de perfiles. «Se trata de poder identificar a los pacientes y, en el tiempo que se les dispensan las medicinas, darles indicaciones en función de cuáles son sus motivos para no tomar los medicamentos y si hace falta, volverlos a citar otro día y con más calma tener una entrevista con ellos».

En el congreso de ayer también tuvo un protagonismo destacado el problema que se está generando con las bacterias resistentes a los antibióticos. Un estudio elaborado por la Sefac revela que el 21% de los pacientes que acuden a la farmacia pide antibióticos para automedicarse, «aunque sólo un 6% llega a consumirlos, gracias a la labor y a la insistencia del farmacéutico», señala Ana Molinero, vicepresidenta de Sefac. Según Molinero, entre los motivos que llevan a los pacientes a querer automedicarse con antibióticos destaca la falta de tiempo para ir al médico, el hecho de que ya los hayan consumido antes o bien por la falsa creencia de que estos medicamentos sirven para atajar enfermedades de origen vírico, como la gripe. Una de las mesas redondas de ayer contó con la intervención de Antonio López, de la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios, quien detalló algunas de las líneas del plan que a nivel nacional se ha puesto en marcha para tratar de reducir el consumo de antibióticos y de esta forma prevenir la aparición de resistencias. Desde 2014, gracias a este plan, el consumo de antibióticos ha descendido un 5% y ya se encuentra en niveles de 2012. En cuando a fármacos para uso veterinario, esta caída ha sido del 21%.

La primera cita del Congreso Nacional de Farmacéuticos Comunitarios contó con la conferencia inaugural del científico español Juan Carlos Izpisúa, uno de los científicos más reputados del mundo. Izpisúa, quien desarrolla sus investigaciones en el Instituto Salk de Estudios Biológicos en La Jolla California, habló a los asistentes de sus últimas investigaciones en el terreno del envejecimiento y de la medicina regenerativa.