El Ministerio de Fomento ha sacado a licitación por 485.400 euros y un plazo de 24 meses la consultoría y asistencia para la actualización del estudio de demanda de viajeros del corredor Cantábrico-Mediterráneo, con el que el ministerio prevé reducir, prácticamente a la mitad, el tiempo de viaje en tren entre Alicante y el País Vasco a partir de 2022, al poder programar servicios directos. Aunque la conexión natural entre Alicante y Bilbao (Vizcaya) deberá ser en el futuro vía Madrid, gracias al túnel pasante Atocha-Chamartin, los técnicos consideran que a partir de 2021 (electrificación del corredor València-Zaragoza) Renfe estará en disposición de plantearse recuperar los trenes directos entre Alicante y Bilbao.

En principio, se baraja que el renovado «Sol de Levante» -nombre del expreso que conectó hasta los años 90 Alicante y el País Vasco- podría cubrir el trayecto en 5 horas y 30 minutos, entrando en Vizcaya a través de Vitoria. Actualmente no hay trenes directos y pese a la buena conexión en AVE entre Madrid y Alicante (dos horas y veinte minutos), los trenes de Chamartín a Bilbao-Abando tardan cinco horas, tiempo al que hay que sumar la conexión Atocha-Chamartín y buscar un enlace que coincida.

Si el viaje se plantea vía Zaragoza se hace interminable, ya que a las 7 horas que tarda el tren en subir de Alicante a Zaragoza (regional diésel), se suman otras cuatro horas del Alvia entre la capital maña y Bilbao.

El corredor Cantábrico-Mediterráneo solucionará un problema histórico, como es la falta de conectividad de los puertos con las principales redes e infraestructuras viarias y ferroviarias. El corredor, conocido también popularmente como Santander-Mediterráneo, es un corredor ferroviario de altas prestaciones que unirá las áreas de la costa cantábrica y la Comunidad Valenciana.

El corredor está diseñado como gran eje transversal norte-este, tratando de modificar la radialidad de las actuales infraestructuras de alta velocidad en España.

Dará cobertura a Alicante, València, Teruel, Zaragoza, Tudela, Logroño, Miranda de Ebro, Pamplona y Santander. Una vez entre en servicio esta infraestructura, el tiempo de viaje entre València y Bilbao está estimado en menos de 4 horas.

Corredor Mediterráneo

Por otro lado, el secretario autonómico de Vivienda, Josep Vicent Boira, reivindicó ayer el carácter estratégico del Corredor Mediterráneo durante una mesa redonda organizada por el Colegio de Ingenieros de Caminos, Canales y Puertos de Madrid. Durante su intervención, Boira subrayó que se trata del «proyecto más estratégico que tiene hoy planteado España en términos de infraestructuras y también el más multimodal, al afectar a una vía férrea, a la carretera, así como a los principales puertos del Estado». En este sentido, Boira recordó que es un proyecto «ampliamente compartido y reivindicado» por las autonomías por las que discurre, pero también por los sectores empresariales, académicos y políticos, por lo que pidió a Juan Barios, coordinador del Corredor Mediterráneo del Ministerio de Fomento, «un calendario claro y multianual de financiación, a salvo de los vaivenes de la negociación de los Presupuestos Generales del Estado».

Boira recordó que el tramo de carretera de menos de 300 kilómetros más congestionado por el tráfico pesado en toda España es el que discurre entre València y Castellón, con 3.405 camiones al día y más de 11 millones de toneladas, por encima de los tramos Barcelona-Girona, Tarragona-Barcelona y Madrid-Toledo.

Boira también apuntó la necesidad de que todas las autonomías implicadas sigan reivindicando esta «infraestructura clave para el desarrollo logístico y empresarial» y aseguró que «desde la Comunidad Valenciana no vamos a cesar en el empeño para que el Corredor Mediterráneo sea una realidad porque es una infraestructura en la que los empresarios están trabajando laboriosamente y que la sociedad exige continuamente».