n Si algo quedó claro durante la sesión del juicio de ayer (la segunda después de la dedicada a las cuestiones previas y la primera de los interrogatorios) es que la familia del exalcalde de Alicante Luis Díaz Alperi y la de Javier Palacios, el gerente de la Marina Deportiva acusado de un delito de cohecho impropio al igual que el expolítico por dejarle atracar gratis su embarcación, son amigos desde hace medio siglo.

Centrado en esta línea de defensa, que se apoya a que fue por amistad con Díaz Alperi y no por su condición de regidor por lo que Palacios le permitió utilizar sus instalaciones sin coste alguno, su defensa, el letrado Francisco Ruiz Marco, presentó ayer un recorte de este diario fechado en 2005, y localizado tras la muerte de una tía Javier Palacios ocurrida recientemente, en el aparece el exdiputado en el funeral de la madre su cliente. Un documento que aportó junto a una fotografía datada en 1996 en la que de nuevo aparece el exalcalde abrazando a la tía de Palacios para dejar constancia de que la relación entre ambas familias es estrecha y viene de tiempo atrás.

A lo largo del interrogatorio, el acusado insistió en que fue por amistad (al igual que aseguró que ha hecho en otros casos) por lo que permitió el atraque en un punto que, además, no se puede comercializar desde que en 2008 se ordenó que se balizara. Relató que conoce a Alperi desde que tenía 16 ó 17 años cuando comenzó a trabajar en la cafetería de una negocio deportivo que tenía el exdiputado, que además es íntimo amigo del yerno y de la hija de Antonio Solana y que por las características del catamarán era muy complicado encontrarle un lugar adecuado en las instalaciones.

Tanto Alperi como Solana aseguraron que ese barco era autosuficiente y que no requería conectarse a los servicios de luz y agua de la Marina Deportiva.