Tiros a sí mismos. Las diferencias entre los dos sectores de Guanyar Alacant se cristalizaron ayer por la tarde en una asamblea que contó con la presencia del actual portavoz del grupo municipal, Miguel Ángel Pavón, quien lidera un bando ahora en minoría, y Víctor Domínguez, que esta misma semana renunció a su acta de concejal y en la actualidad cuenta con el apoyo de la inmensa mayoría de los afiliados. Pese a que la nueva coordinadora de EUPV, Rosa Pérez, llegó a Alicante ayer con el ánimo de mediar entre ambas partes para llegar a un acuerdo, durante el acto de la tarde, en el punto en el que se informó de la salida de Domínguez, la fractura entre los dos bloques no pudo disimularse.

La mayoría de asistentes se posicionaron de forma explícita a favor de Domínguez y criticaron a Pavón, quien, según fuentes de la organización, afirmó que la labor del todavía concejal careció de fiscalización a la UTE y no fue «digna» de un edil de izquierdas. Durante la asamblea también se aprobó el informe del coordinador local, Luisfer Sevilla, en el que reflejaba que: «se apoya la labor de Víctor Domínguez al frente de su concejalía, considerando que sus actuaciones han sido correctas y apoyando la decisión personal que él tome sobre dejar o no su puesto como concejal». El informe contó con 44 votos a favor, 10 en contra y una abstención.

Recordar que esta semana Pavón pidió en público la dimisión de su compañero porque «hay que ser escrupulosos y no contratar a gente del entorno». Éste, por su parte, afirmó que «hay filtraciones internas y no estoy aquí para aguantar puñaladas traperas. No tengo necesidad de ser cargo público ni necesito un sueldo para vivir».

La nueva fractura abierta en la coalición deja, por tanto, al descubierto la falta de entendimiento en el seno de los partidos de izquierdas de Alicante. Son habituales los desencuentros que socavan su imagen y ponen en evidencia la frustración que les ha generado esta legislatura. En los últimos meses, las luchas cainitas se han dado en numerosos episodios como la dimisión del exalcalde, Gabriel Echávarri, el relevo y restitución de Eva Montesinos como portavoz socialista, y ahora con la dimisión del concejal Víctor Domínguez de Guanyar Alacant. La crisis interna de la candidatura de confluencia encabezada por EU se volvió a plasmar ayer en su asamblea, en la que la nueva coordinadora en el País Valencià visitó Alicante, por primera vez desde que fuera elegida, para presentar la nueva ejecutiva de la formación de izquierdas, analizar la coyuntura política local y aprobar las cuentas y el plan de trabajo hasta las próximas elecciones de 2019.

A primera hora de la mañana, en un encuentro con los medios de comunicación, Rosa Pérez tendió la mano a Miguel Ángel Pavón para limar asperezas y recomponer la más que evidente división de los dos bandos que cohabitan en la marca blanca de EU. Acompañada en todo momento por Víctor Domínguez, que ahora tiene el mando de Guanyar y de Esquerra Unida, Rosa Pérez quiso dejar claro que ella es la coordinadora de Domínguez, «pero también la de Pavón» y que su objetivo era «sumar y tirar para adelante». «No somos una organización monolítica y no decimos a nadie lo que tiene que hacer, pero vamos a intentar que se llegue a un acuerdo porque Alicante siempre ha sido un ejemplo de cohesión. No perdemos la esperanza de que pueda volver a ser así», indicó la coordinadora, apostando por una reedición de la coalición de cara a las próximas comicios: «Trabajamos por un bloque histórico de cambio y eso implica sumar más allá de lo que ya se sumó, respetando los tiempos de Guanyar, EU y Podemos». Pérez cerró filas en torno a Víctor Domínguez y defendió en todo momento su forma de actuar: «Ha demostrado una gran altura política, ha dejado el listón muy alto en cuanto a decencia al decidir dimitir. Tanto yo como la organización lo valoramos y apoyamos en todo».

Por su parte, Víctor Domínguez negó ayer cualquier irregularidad en la adjudicación de contratos menores a un simpatizante de Guanyar y justificó su dimisión en «ética y honestidad para no dañar la imagen de la organización».

Domínguez insistió en que él no buscó a una persona para adjudicar el servicio concreto y que fue una decisión de los técnicos. El aún concejal indicó que no tenía ninguna relación con la persona que hizo el servicio y quiso marcar diferencias con el caso de Nerea Belmonte al asegurar que ella «tuvo otra actitud porque ni fue capaz de contestar al teléfono durante días».