La carabela portuguesa, también conocida como «falsa medusa», tiene una toxina más potente que las especies mediterráneas y su picadura es más fuerte. Puede requerir desde la atención con antihistamínicos al ingreso hospitalario, según el caso. Los tentáculos de este invertebrado pueden llegar incluso a medir 30 metros y los más vulnerables son los niños, ancianos y las personas con problemas de corazón. Puede producir incluso la muerte por shock anafiláctico o una reacción alérgica grave.