Nuevos avistamientos de medusas de la especie venenosa carabela portuguesa tanto en la playa de San Juan como en el Cabo de las Huertas. Así lo atestiguan bañistas y nadadores, que divisaron ejemplares a lo largo del pasado fin de semana en el agua y la orilla, como ya ocurrió el 22 de abril obligando entonces a la Policía Local a izar la bandera roja al no haber socorristas. Esta vez sí había vigilancia en la playa de San Juan, aunque los trabajadores del servicio de salvamento no recibieron aviso de su presencia, según confirmó ayer el Ayuntamiento. Los bañistas que vieron una en San Juan compararon su tamaño con un folio de papel.

El Instituto de Ecología Litoral confirma una docena de avistamientos entre sábado y domingo, contabilizando las llamadas recibidas y los datos de redes sociales, sus principales fuentes de información, precisamente por no estar activos todavía en todas las playas los servicios de socorrismo. También se detectaron un par de ellas en Tabarca, en la zona de la Cantera en la Albufereta y ayer de nuevo en el Cabo.

El investigador del Instituto de Ecología Litoral, Juan Guillén, explica que este año se están viendo más medusas carabela procedentes del Atlántico desde que se produjo a mitad de marzo la borrasca Gisele. «Provocó que una masa importante de agua entrara por el Estrecho de Gibraltar con corrientes paralelas a la costa africana que realizaron varios giros, uno de ellos en Alborán y el otro al sur de las Baleares. Las que estaban ahí las acercó en abril el viento de noreste y recorrieron la costa de norte a sur, desde Altea, Alfaz del Pi y Benidorm hasta La Manga».

El viento cambió a poniente (oeste) el 27 de abril y las carabelas se alejaron, pero ahora sopla otra vez de levante (este), y «las que estaban por ahí diseminadas están llegando, pero son los últimos coletazos pues lo normal es que estén remitiendo y su población decayendo», aseguran desde el Instituto de Ecología Litoral.

Los investigadores ven pocas posibilidades de que sigan apareciendo pero no se atreven a descartarlo dado lo atípico del clima este año, en el que los meteorólogos prevén inestabilidad hasta mitad de junio. «Sería extraordinaria otra entrada de masa de agua de las Azores o de Madeira, que es de donde vienen, pero estamos en una situación anómala. Seguro que hay más picaduras de pez araña pero la de esta medusa es potente», admiten. El fin de semana las hubo, afectando a algunos nadadores en aguas abiertas.