n El cambio de las zonas de prostitución en la ciudad es evidente. Los pisos protagonizan el nuevo espacio para ejercer mientras que en la calle desciende el número de mujeres que se encuentran en esta situación, tal y como reflejan los datos ofrecidos por Cruz Roja. La Asociación para la Prevención, Reinserción y Atención a la Mujer Prostituida (Apramp), alerta de que este cambio les hace «más vulnerables».

Aunque Apramp no trabaja en la Comunidad Valenciana, pese a que sí ha colaborado con entidades de la ciudad de Alicante cuando ha sido preciso, es un referente en la recuperación de la libertad y dignidad en situaciones de explotación sexual y trata de seres humanos. Con esta experiencia, expandida por todo el territorio nacional, la Asociación explica que al realizar una detección proactiva en los lugares donde las mujeres son explotadas, atienden a muchas más en pisos que en los espacios abiertos. «Nosotros les llamamos 'espacios invisibles'», afirman en relación a los inmuebles alquilados a los que acuden hombres para consumir sexo.

El problema de estos «espacios invisibles», en comparación con espacios abiertos como la calle, polígonos industriales, etc..., es que resulta más difícil el acceso. «El aumento de mujeres en pisos implica que ellas cada vez se encuentran más escondidas, y por tanto, más vulnerables», afirma la entidad.

Cruz Roja asiste en Alicante a trabajadoras del sexo que se encuentran en un piso alquilado. Tras conseguir la forma de acceder al domicilio, les llevan de manera periódica material para prevenir el contagio de infecciones de transmisión sexual, así como les ofrecen diversa información.

Tres habitaciones, 5 mujeres

«Es una planta baja con tres habitaciones donde asistimos a cinco mujeres», cuenta Lorena Marín, la técnica del programa, quien añade que «en estos pisos hay mucho consumo de drogas y no hay buena higiene. No es un sitio donde exista la posibilidad de mantener una relación sana a nivel sexual». Marín cuenta que durante alguna de las asistencias al inmueble han presenciado un evidente estado de embriaguez de las personas con las que han establecido un contacto.