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Manu Velasco: «Un buen docente comprende a los alumnos tal y como son»

Maestro y bloguero, y segundo Mejor Docente de España 2017 en los premios que entrega la plataforma profesional Educa

El maestro Manu Velasco, este sábado en Alicante. ÁLEX DOMÍNGUEZ

Manu Velasco (Toreno, León, 1982) se define a sí mismo como «maestro con los pies en la tierra y la cabeza en las estrellas». Ejerce la docencia en la Institución Teresiana en la capital leonesa y es autor de dos populares blogs, «El blog de Manu Velasco» y «Ayuda para maestros», en los que comparte recursos pedagógicos de todo tipo y herramientas para mejorar el aprendizaje, tanto para alumnos como para profesores. Participante habitual en jornadas y seminarios sobre docencia, este sábado estuvo en Alicante con una conferencia titulada «Los alumnos son superhéroes».

P ¿En qué consiste esa heroicidad de los alumnos que reivindicó en su conferencia?

R Es muy importante que pensemos que todos nuestros alumnos son maravillosos, pero más aún que ese mensaje se exprese y llegue a ellos. Tenemos que hacerles sentir personas realmente valiosas, superhéroes capaces de cambiar el mundo. En el momento en el que miramos a los niños como si fueran un auténtico tesoro, les estamos haciendo sentir que son especiales y excepcionales. Para conseguir ver a estos superhéroes y poder disfrutar de sus superpoderes hay que realizar dos sencillas acciones en el aula: mirar y escuchar para encontrar lo mejor de cada niño, y tener ilusión y pasión para despertar el deseo de aprender.

P ¿Piensa que el sistema educativo actual pone en valor de manera adecuada las capacidades de los alumnos?

R Creo que en estos momentos estamos saturando la educación de metodologías, materiales y aparatos tecnológicos que dejan poco espacio. Poco espacio para la creatividad, para crear los vínculos emocionales necesarios para potenciar el aprendizaje y las capacidades y para mirar a los ojos. La saturación normalmente genera un bloqueo emocional y un alumno o un maestro emocionalmente bloqueado, también lo está intelectualmente. Yo en ocasiones siento este bloqueo.

P ¿Qué se puede hacer para que el alumno desarrolle todo su talento dentro del aula y lo lleve también a su vida personal?

R Pues intentar lo que estamos intentando todos, ser buenos docentes. Para mí un buen docente es aquel que se esfuerza todos los días por dar lo mejor de sí mismo a sus alumnos, que los comprende tal y cómo son, sin imponerles un ideal de lo que piensa que deberían ser, y que con gestos muy pequeños es capaz de hacerles sentir muy grandes. Aquel que aprende a leer las miradas de sus alumnos, que sabe que a nadie se le da todo bien, pero que a todos se les da bien algo y que se esfuerza por descubrirlo. Hay que impulsar su autonomía y no invadir su campo competencial, ayudando y colaborando con compañeros y familias. Y también los propios docentes debemos aprender de las críticas constructivas y de los errores.

P ¿Echa en falta alguna o varias materias para el estímulo de todas esas capacidades?

R Echo en falta que los políticos y las administraciones en vez de empeorar la educación, la mejoren. Que no se den cuenta que es imposible innovar o avanzar en algo que nos están cambiando cada cinco minutos. Y que no sean responsables en el cumplimiento de acciones como facilitar a los centros educativos los recursos y las condiciones óptimas para poder realizar cambios significativos e innovar. Sin esa base, es imposible que cambie la foto.

P ¿Qué otras medidas harían falta en el sistema educativo?

R Reducir la ratio de alumnos y aumentar el número de docentes, facilitar los recursos tecnológicos y no tecnológicos necesarios, tratar la educación como el tesoro que es y no como una mercancía política y preocuparse por el bienestar y la imagen social de los docentes, sabiendo que ese bienestar repercute en las familias y en los alumnos. También es necesario dar más autonomía a los centros y cuidar las infraestructuras. Y escuchar de verdad a los docentes, a las familias y a los alumnos. Una vez que se aborden estos y otros temas fundamentales, quizás podamos empezar a hablar materias, áreas y horarios.

P ¿Y cómo se puede mejorar el aprendizaje y el desarrollo cada día con todos esos déficits?

R Debemos valorar el gran recurso que posee nuestro sistema educativo: docentes maravillosos que sin los mimbres necesarios continúan creando cestos increíbles día a día. ¡Nos faltan mimbres y estamos innovando por encima de nuestras posibilidades!

P ¿Cuál es el compromiso que debe asumir el docente para conseguir que el alumno se desarrolle?

R Me gustaría destacar los compromisos que yo me he marcado y que considero importantes para mí. En primer lugar, saber querer a cada uno de nuestros alumnos como se merecen y que ellos lo perciban. Segundo, organizar el proceso de enseñanza y aprendizaje en función de sus necesidades e intereses. Tercero, buscar sus puntos fuertes para que a través de ellos lleguen a los contenidos mínimos del currículo, utilizando para ello la autorregulación del aprendizaje y fomentando su autonomía. Cuarto, intentar que se diviertan aprendiendo y que el aprendizaje les quede grabado por las experiencias vividas dentro y fuera del aula. Y quinto, desarrollar su competencia digital, ya que considero que es básico en su crecimiento personal teniendo en cuenta el mundo en el que van a vivir. A todo esto añado, y dándole una gran importancia, lo que mi mujer, Gaëlle Vargas, ha bautizado como las otras TIC: ternura, interés y cariño.

P ¿Cree que los planes formativos de Magisterio hacen posible que los futuros docentes desarrollen también su creatividad y la puedan plasmar después en las aulas?

R Considero que se están produciendo cambios en esos planes formativos, pero que aún faltan mucho camino por andar. Esos planes formativos deben llevarnos a una educación basada en evidencias y en experiencias, no en ocurrencias o en tendencias. También deben tener muy presente que más vale poco para aplicar que mucho para adornar.

P ¿Qué consejos suele dar a los compañeros que se dirigen a usted a través de su blog o de las redes sociales?

R Pocos, la verdad. Nadie puede decirle a un docente qué hacer con sus alumnos en su contexto, ya que él es el que mejor lo sabe y el que mejor conoce lo que necesitan sus alumnos y sus familias. En educación hay cosas que no existen y que, por lo tanto, no deberíamos creer en ellas: recetas perfectas, soluciones mágicas y llaves maestras. Lo que sí suelo decir es que siempre busquen que sus alumnos sepan mucho, pero sobre todo y, en primer lugar, mucho sobre sí mismos.

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