Las banderas azules concedidas a la mayoría de playas del término municipal de Alicante han puesto en pie de guerra a vecinos y usuarios de la Almadraba, que están que trinan con el grado de degradación que alcanza esta zona del litoral. Por este motivo, urgen a Costas una regeneración a fondo de la playa, de 750 metros de longitud, que cuenta con servicios como lavapiés, pasarelas, hamacas, sombrillas y botiquín de primeros auxilios así como limpieza, pero que sufre un problema principal: la filtración de enormes charcos de agua que dejan inutilizada buena parte de la playa, impidiendo a los bañistas poner toallas, sombrillas o tumbonas.

«Más que una playa es un charco arenoso», afirma Ernesto Jarabo, presidente de la asociación de vecinos Playa Blanca de la Albufereta, entidad que reclama que se elimine uno de los dos espigones del antiguo proyecto de Puerto Amor que realizó una empresa privada ganando terreno al mar al considerar que provoca el estancamiento de agua en la arena, convirtiendo la Almadraba en un lodazal. Otra demanda es una nueva reposición de arena, para que la regeneración de esta playa, situada entre la Albufereta y el Cabo de las Huertas, sea completa, aunque en marzo el Ayuntamiento repuso arena perdida en un temporal con excedentes del Cocó.

El pasado verano los bañistas se quejaron de mosquitos y abejas atraídas por el agua estancada. También de malos olores, lo que, sumado al barrizal, ha hecho que el número de usuarios de la Almadraba haya ido disminuyendo.

«No podemos tener un charco arenoso en lugar de una playa», insiste Jarabo, que está a la espera de noticias de Costas, a través del subdelegado del Gobierno, José Miguel Saval, para que la Almadraba sea acondicionada de cara a este verano. La asociación de vecinos tiene pendiente una reunión la próxima semana con Saval, que conoció in situ la problemática en una visita en agosto. «Ahora la Albufereta está bien pero la Almadraba es el patito feo cuando, regenerada, podría ser una joya». La asociación ha enviado numerosos escritos a las distintas administraciones, y además de reunirse con Costas, quieren hacerlo también con la Generalitat y el Ayuntamiento «porque no vamos a permitir que se quede en el olvido una playa de toda la vida», y que los más antiguos del lugar conocen también como la playa Camping o la Cova. Otra queja es que la playa tiene aseo portátil, que los vecinos quieren que sea de obra, y el mal estado de un solar al lado del botiquín «que no lo limpian nunca».

A esta playa se llevaban antes algas de otras para secarse formando grandes montañas aunque tras las quejas vecinales han dejado de trasladarse allí. Ahora hay algas de la propia playa que los vecinos creen que protegen el ecosistema.