El mundo empresarial de la provincia recuerda a Antonio Fernández Valenzuela como «una gran persona», «trabajadora», «inteligente» y con «coherencia» en la lucha y la defensa de los intereses de la provincia, así como de sus ideas políticas. Un auténtico «líder» del alicantinismo, que no dudaba en sacarle los colores al presidente de la Generalitat o a quien fuera necesario para denunciar lo que consideraba injusto. Desde dirigentes de la Cámara de Comercio, que presidió, o de la antigua patronal Coepa, destacan su capacidad «unir a personas dispares o que pensaban distinto en aras de un objetivo común». Los sindicatos CC OO y UGT también hablan de su gran «carisma» y «compromiso».

El actual presidente de la Cámara de Alicante, Juan Bautista Riera, recordaba ayer -tras lamentar la pérdida «de un gran amigo»- que su etapa fue una «de las más reivindicativas» que ha vivido la institución - «había expectación por sus discursos», señaló el dianense-, y también en la que se consiguió «que la Cámara estuviera presente en toda la provincia», con la creación de subsedes o de las naves nido. Una circunstancia que también citó quien fuera su sucesor al frente de la entidad cameral, José Enrique Garrigós, amigo de Valenzuela desde que ambos coicidieran en el servicio militar. «Para mí, se ha ido un hermano», apuntó el empresario turronero, que destacó el esfuerzo que supuso recuperar el antiguo Hotel Palas como sede de la Cámara.

Pero, sin duda, lo que más destacan todos es su capacidad de liderazgo y su defensa de la provincia. «Siempre fue un gran defensor del empresariado alicantino allá donde estuvo», aseguró el presidente del Consejo autonómico de Cámaras, José Vicente Morata. «Ha sido un referente y un presidente de la Cámara que supo hacer valer los intereses de la institución y de la provincia ante el partido que hiciera falta», señalaba también el presidente de Fempa y miembro de la Cámara, Guillermo Moreno. Un mérito que también le reconocía quien fuera presidente de la Cámara de Alcoy durante más de 30 años, Enrique Rico: «No tenía miedo de hablar, cayera quien cayera».

Joaquín Rocamora, expresidente de Coepa, resalta su «claridad» y «convencimiento» en la defensa de los temas que necesitaba la provincia. Recuerda la unión de la patronal y de la Cámara en las reivindicaciones «que defendía la mayoría de la provincia», como el agua para Alicante o las infraestructuras. Cita Rocamora las manifestaciones por la llegada del AVE o las que reclamaban los trasvases del Júcar-Vinalopó o del Ebro. «Se implicaba en lo que creía», añadía. Otro expresidente de Coepa como Modesto Crespo incidía en la «actitud dialogante» que siempre mantenía, así como su papel destacado en la política y de presidente de la Cámara. Crespo coincidió con él en la etapa de las obras de reforma del antiguo Hotel Palas para convertirlo en la sede de la Cámara, uno de los proyectos más emblemáticos en su última etapa como presidente de la institución cameral. Moisés Jiménez, que también dirigió la patronal y la Asociación del Terciario Avanzado, añade a su carácter luchador por Alicante, su empeño por que los intereses de la provincia «tuvieran visibilidad».

«Son muchas las cosas que nos ha dejado»... «Y tantas que se podrían decir, que no acabaríamos», señala Antonio Sáez, presidente del comercio provincial (Facpyme) que lleva más de 20 años en la Cámara. Sáez también resalta la «cercanía» que mostraba cuando un empresario se acercaba a consultarle algún problema. Asimismo, destaca su talla como político y su capacidad para «animar a los empresarios y a las asociaciones a luchar para conseguir sus retos».

«Construir y no dividir»

Por su parte, el empresario y expresidente de Cepyme Juan José Selles también compartió muchos momentos con Valenzuela en su etapa como miembro del comité de la Cámara. «Hacía que los demás valieran. Era capaz de sacar lo mejor de los que tenía a su alrededor y buscar la unión para lograr un objetivo común. Incluso, con personas que pensaban distinto». Como otros representantes empresariales, subrayaba su tenacidad por «construir» en vez de «dividir». Y «en un mundo de vanidades y ambiciones, era capaz de sacar el lado humano y la valía de la gente», añadía Sellés, quien le resalta otra capacidad de Valenzuela: «era un conocedor de los grandes temas y tenía perspectiva de futuro. Era como una sonda enorme».

Esa capacidad de diálogo es lo que también destacó quien fuera su antecesor en la Cámara de Comercio y rival político, Luis Díaz Alperi. «Decía lo que tenía que decir pero también sabía dejar la ideología a un lado para llegar a acuerdos», señalaba el también exalcalde de Alicante, que pone como ejemplo la colaboración entre ambos que permitió recuperar el Palas para la ciudad con su transformación en sede de la Cámara. Más allá de su faceta institucional y política, muchos también quisieron recordar ayer sus habilidades como empresario. «Fue un innovador y supo tomar una empresa pequeña y convertirla en una gran empresa», apuntaba el expresidente de la Cámara Luis Esteban, que también destacó sus «preocupaciones sociales». «Como empresario era extremadamente listo y supo aprovechar el buen momento de las artes gráficas. Hay que recordar que Gráficas Díaz llegó a ser la mayor empresa del sector en la provincia», recordaba, también, el expresidente de la patronal del sector, Antonio Alonso.

Un éxito que, sin duda, tenía que ver mucho con su «carácter», según el empresario de Almoradí, para el que Valenzuela era «tan querido como temido por los políticos» por su falta de «pelos en la lengua». Alonso destaca el «mítico» discurso que ofreció en la Noche de la Economía del año 2007, en el que sacó los colores al entonces presidente de la Generalitat, Francisco Camps, por su maltrato a la provincia, lo que le valió la enemistad del político valenciano.

Tal era su vehemencia que la figura de Antonio Fernández Valenzuela sigue siendo un referente para los nuevos dirigentes empresariales, como el recién nombrado presidente de la Cámara de Orihuela, Mario Martínez. «Ahora tenemos un déficit de personas que sepan entender la provincia y defenderla como él lo hizo», señalaba a este diario.

También, en la parte sindical. Óscar Llopis, exsecretario general de UGT, señalaba su gran personalidad, su «carisma, que se reflejaba en todas sus actuaciones» y su voluntad de «llegar a acuerdos». Asimismo, Consuelo Navarro, secretaria general de CC OO, valoraba su «implicación en diferentes espacios de la vida: la política, la economía, el ámbito social o el empresarial por los intereses de Alicante». Y añadía que fue un hombre «comprometido con la transición política en Alicante, una época compleja en la que asumió responsabilidades destacadas».